El Club Atlético Independiente emitió un durísimo comunicado tras conocerse el fallo de la Comisión Disciplinaria de la Conmebol, que lo descalificó de la Copa Sudamericana 2025 y sancionó económicamente a la Universidad de Chile. La medida fue tomada luego del escándalo que obligó a suspender la vuelta de los octavos de final, y dejó al “Rojo” fuera de competencia sin haber podido completar la serie en cancha. La indignación estalló en Avellaneda y tuvo su pico con un pedido contundente: que el organismo devuelva todos los objetos históricos donados por el club al Museo de la Conmebol.
El conflicto comenzó durante el partido de ida en el Estadio Libertadores de América, donde los hinchas de la Universidad de Chile generaron disturbios durante varias horas, lanzaron proyectiles y causaron destrozos, según argumenta Independiente. Para el club argentino, esa fue la verdadera causa que detonó la suspensión del partido, mucho antes de que los incidentes escalaran en la tribuna visitante. A pesar de las pruebas presentadas, el organismo sudamericano sancionó con mayor dureza a Independiente, lo que generó un fuerte repudio institucional.
A través de sus redes sociales, el Rojo publicó una carta dirigida al presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez, firmada por el presidente Néstor Grindetti y el Secretario General Daniel Seoane. Allí se expresó con firmeza el descontento por el fallo y se exigió que se restituyan “todos los elementos entregados por Independiente al Museo de la Conmebol“, incluyendo trofeos, camisetas históricas y otros objetos. “No admitimos que se exhiban en un ámbito que contradice los valores que los hicieron posibles“, sentenció la dirigencia.
El comunicado acusa al fallo de “sentar un precedente nefasto”, ya que, según sostiene, “un equipo que estaba en ventaja en la serie, pero que enfrentaba la posibilidad concreta de ser superado en cancha, recurre a la violencia más brutal contra hinchas rivales, logra la cancelación del partido y recibe como ‘premio’ la clasificación desde un escritorio“. Esta frase resume la percepción del club de Avellaneda: que la decisión legitima la violencia como estrategia para evitar la competencia deportiva.
La carta también apunta directamente a la conducción actual de la Conmebol, señalando que con decisiones como esta “se ha abandonado el espíritu del fútbol sudamericano”. Además, plantea que la utilización del nombre, historia y logros de Independiente para “legitimar” ese tipo de fallos es inadmisible. “Resulta inaceptable que se pretenda utilizar la historia y la gloria de Independiente para seguir validando esta conducción”, agregaron.
Con siete títulos de Copa Libertadores en su haber, Independiente es el club más ganador del continente en esa competencia y uno de los máximos referentes del fútbol sudamericano. Por eso, el enojo no solo tiene raíces deportivas, sino también simbólicas: la institución siente que ha sido atacada en su esencia y exige un acto de reparación inmediata. El pedido de devolución de los objetos al museo de Conmebol marca un antes y un después en la relación entre el club argentino y el ente rector del fútbol sudamericano.