Nunca hay que bajar los brazos“. Con esas palabras, Ezequiel Montagna se expresó tras el triunfo de San Martín ante Nueva Chicago que permitió al Verdinegro soñar con el ascenso. 

El jugador, que le devolvió la ilusión a los hinchas al convertir el único gol del partido, destacó que el Verdinegro es más que un equipo: “somos familia, somos un grupo“.

Trabajamos muy duro, era un partido muy especial... estábamos a un gol y lo logramos”, destacó el jugador quien confesó que no fue fácil el camino: “me costó adaptarme al fútbol argentino. Me costó pero con el apoyo de acá pude entrar al ruedo”.

“Uno trabaja para ser tenido en cuenta, hay que seguir así. Es un buen mensaje que nunca hay que bajar los brazos“, finalizó en el micrófono de TyC Sport.

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