En un partido lleno de emociones y polémicas, el jugador de Riestra cometió una mano dentro del área que fue claramente advertida por el árbitro, lo que derivó en un penal para San Martín. La jugada generó mucha tensión entre los jugadores y los hinchas, pero finalmente la decisión fue acertada y el VAR confirmó la infracción.
Tijanovich fue el encargado de ejecutar el penal y no falló, marcando el segundo tanto para San Martín. Su remate fuerte y preciso no dejó ninguna chance para el arquero rival, desatando la alegría de toda la afición local que celebró con euforia.
La fiesta se desató en las tribunas y en el campo de juego, con San Martín ampliando la ventaja y consolidándose en el encuentro.