La decisión nacional de bajar los aranceles al ingreso de ropa (hasta el 35%), calzado e insumos textiles del exterior generó malestar en el sector en San Juan y en el país. El segmento productivo ya viene golpeado por decisiones del gobierno nacional como la apertura de importaciones que no permitieron repuntar la actividad e incluso recurrieron a parar líneas de producción, por sobrestock.

Desde la Unión Industrial de San Juan se llevaron a las inquietudes a la UIA nacional y destacaron que las posibles consecuencias son preocupantes. “El gobierno nacional no fortalece sus industrias como sí lo hace EE.UU., país de referencia de Javier Milei. No se mejora la infraestructura, la capacidad de inversión ni se eliminan impuestos que son una carga inmensa. En la industria local, tenemos el 60% de impuestos y la ganancia es baja, en un entorno de competencia con países que pueden ofrecer un producto hasta 30% más barato. Eso golpea al sector textil, sin dudas y estamos en diálogo con las cámaras textiles”, destacó a Diario La Provincia SJ, el presidente de la UISJ, Ricardo Palacios.

En ello, señaló que hay industrias, tanto de fabricación de indumentaria como de calzado de la provincia que tienen sus nichos de venta nacionales y que pueden verse resentidos. “Fabrican telas, prendas, accesorios y calzados, en un entramado de producción, que tendrán competidores del exterior con valores menores. Van desde los insumos a los productos terminados que tienen necesariamente otros costos, porque Argentina es caro. Nuevamente, la industria se ve frente a una política que perjudica porque no hay recuperación de fondo. Se ve el consumo de ahora y no la fuente de trabajo a largo plazo”, explicó.

En eso, insistió en que “habrá quienes vean la oportunidad de convertirse en importadores de telas y productos y empleará a 10 personas mientras la fábrica necesita más de 100. En San Juan hay empresas reconocidas por la excelencia de sus telas y prendas que tienen que afrontar este complejo escenario, que no discrimina entre empresas chicas, que se concentran en mercado interno, y las grandes, que ya tienen mercado internacional”.

Sobre ello, “las empresas chicas están en mayor riesgo, ya que su espalda financiera es limitada. Nadie quiere que se lleguen a cerrar fábricas. Pero, en algún momento, los dólares se acabarán y al mirar al mercado local, las empresas ya no van a estar. Nosotros vamos a defender la industria como dinamizador de la economía y creadora de empleos, sentenció”.