En una zona sísmica como es San Juan, siempre se piensa en herramientas que puedan ayudar a la hora de una catástrofe. Eso ocurrió con los alumnos de la E.P.E.T. N° 4 que diseñaron un robot para ayudar a encontrar personas y que a su vez tiene sensores que miden la toxicidad de los gases, para que lea la zona y permita o no el paso de rescatistas.
“Cuando recibimos el kit de robótica el año pasado, un grupo de alumnas se capacitó y en dos semanas hicimos un robot de rescate. Con ello fuimos a una muestra de escuelas secundarias técnicas que se llama “Técnicamente”. Fuimos al provincial y zonal, y cuando este año se organizó la 3ra Feria Internacional de Emprendedurismo Escolar, del INET, solicitaron que nuestro proyecto participara. Como las chicas que lo habían hecho originalmente ya habían egresado, se lo propuse a los chicos del ciclo básico que venían trabajando con esto, y lo armaron”, contó el profesor Rubén Zabaleta a Diario La Provincia.
En vez de rearmar el anterior, decidieron construir uno nuevo, y al mismo tiempo reciclar otros objetos que ya estaban sin uso, como la carcasa de la alimentación de una computadora, las rueditas de una impresora y hasta la alarma es de un juguete viejo. A eso se le agregó sensores de proximidad, luces led de colores rojo, amarillo y verde (que indican si es seguro o no acercarse). “Lo pensamos para que se trabajara en zona de sismos y también para personas no videntes. Por ejemplo, sería muy útil para avisarles si hay una fuga de gas ahora en invierno, o un incendio, ya que tiene una chicharra. Los sensores ya venían hechos lógicamente, pero nosotros los programamos y eso es lo más difícil porque todavía no lo hemos estudiado en la escuela”, explicó Facundo Sánchez.
Se maneja a través de la computadora o de un control remoto. “El programa se llama minibloque. Es un programa de código abierto, y se llama así porque justamente la programación se puede ver en bloques. Entonces, por ejemplo, para indicarle que vaya hacia atrás, agregamos un bloque de -50”, agregó  Leandro Farías.
 

 
“Además, tiene un sensor de proximidad así que cuando siente que va a chocar con algo va a girar y buscar por dónde seguir. Queremos que en las próximas versiones pueda por ejemplo trepar. Creo que a todos de chicos nos llamaba la atención esto y por eso estamos acá”, contribuyó Rocío Jofré.
 
Por otro lado, el profesor aportó que al tener sensores de gas, podría ser muy útil para ayudar en limpieza, por ejemplo de bodegas. Ya que puede ingresar a las piletas y medir el nivel de gases para evaluar la toxicidad y alertar a los trabajadores. 
 
Al equipo de alumnos que asisten voluntariamente a estas clases y que conformaron este robot,  lo completan Cristian Martínez, Agustín Quinteros, Carla Saraspe y Facundo Ocampo, y todos tienen entre 14 y 15 años. Ante la pregunta de qué otra función les gustaría agregarle, no lo dudan: “que trepe las paredes”, dicen en forma unánime.