Con apenas entre 11 y 13 años, los alumnos de la Escuela Agrotécnica Los Pioneros, ubicada en Médano de Oro, llevan adelante un proyecto innovador que fusiona ciencia, conciencia ambiental y espíritu emprendedor. Se trata de la acuaponía, una técnica que une la acuicultura (crianza de peces) con la hidroponía (cultivo de plantas sin suelo) en un sistema simbiótico y sustentable.

Acuaponía es el proceso en que los peces fertilizan el agua que después se utiliza principalmente en plantines. Es como una especie de agua fertilizante”, explicó Isaac Rodríguez, alumno del proyecto, a Diario La Provincia SJ. “Mediante las heces de los peces como materia orgánica lo utilizamos como fertilizante para las plantas. Eso es lo que vendría siendo la acuaponía”, agregó.

Acuaponia es un proyecto escolar.

El sistema que implementan los alumnos utiliza carpas koi, cuyos desechos ricos en nutrientes se convierten en abono para las plantas. A su vez, las raíces vegetales purifican el agua, que luego vuelve al estanque a través de una bomba, completando así un circuito autosustentable.

“El proyecto lo empezamos hace un año en la escuela con un estanque de aproximadamente 6 metros de largo por 4 de ancho”, detalló Rodríguez. “La acuaponía hace fertilizar el agua a través de los peces. Por una bomba se lleva a la acuaponía, fertilizan las plantas y en un mismo proceso ya sale lista. Se limpia y con oxígeno vuelve el agua para hacer su producción”.

Los alumnos generan fertilizantes con los residuos de los peces.

Este sistema cerrado no solo permite reutilizar el agua continuamente, sino que optimiza recursos, reduce el uso de fertilizantes químicos y disminuye el impacto ambiental, lo que lo convierte en una alternativa clave para la agricultura del futuro.

De proyecto escolar a producción real

Aunque actualmente el desarrollo se encuentra en fase experimental dentro del ámbito escolar, los estudiantes ya tienen metas concretas: “Por ahora era un proyecto escolar y al año que viene vamos a empezar con nuestra producción. Ese sería nuestro punto fijo para poder vender”, adelantó Isaac.

Los alumnos de Primer Año, divisiones Primera y Segunda, están a cargo del proyecto bajo la guía de docentes del área técnica y agropecuaria, en un claro ejemplo de cómo la educación técnica puede transformar la realidad local con propuestas sustentables y de alto valor agregado.