Después de 26 años de servicio en la educación pública, el profesor Manuel Cardozo vivió una emotiva despedida en la Escuela Provincia de Tucumán, ubicada en el departamento Rivadavia, San Juan. El homenaje, cargado de afecto y gratitud, fue organizado por sus alumnos esta semana, luego de que Cardozo se despidiera de las aulas la semana pasada al cumplir los 60 años y acceder a su jubilación.
La celebración, de la que participó Diario La Provincia SJ, incluyó regalos, una torta con una bicicleta en miniatura —símbolo de la que usó durante toda su carrera para movilizarse a cada escuela—, un enorme cartel con palabras de despedida escritas por los estudiantes y un sentido homenaje verbal de alumnos y colegas.
Durante su carrera, Cardozo trabajó en seis escuelas sanjuaninas, siempre vinculado al área de Tecnología. Pero sus alumnos destacan que sus enseñanzas fueron mucho más allá de los contenidos curriculares.
“Gracias Profe por ser el mejor de todos, por cada clase, por cada equipo, con paciencia, por el esfuerzo, por el apoyo constante y por compartir tantos años de experiencia con nosotros”, expresó un alumno de 6° 2°, visiblemente emocionado.
Luego agregó: “Nos inspiró a dar siempre lo mejor y a crear nuestras ideas, incluso cuando dudábamos”.
Las palabras reflejaron lo que significó Cardozo para sus estudiantes: un referente de vocación, compromiso y creatividad, que dejó huella en cada uno de sus cursos.
“Gente necesaria”: la voz de un colega
El acto también contó con la intervención de un profesor colega, quien recordó al docente con una profunda analogía:
“Es difícil poner en palabras las emociones que causan la llegada del momento de tu jubilación. Debo confesar que me entristece saber que ya no contaremos con tu compañía porque eres una persona sumamente necesaria”, dijo, evocando el poema “Gente necesaria” de Hamlet Lima Quintana.
“Así es Manuel: el necesario. El profesor que todo directivo quiere en su equipo, todo colega en su sala y todo alumno en el aula. Difícilmente alguien pueda reemplazarte”, continuó el docente, enumerando sus cualidades humanas y profesionales.
Entre los recuerdos más valorados, mencionó la capacidad de Cardozo para convertirse en San Martín en un acto escolar, disfrazarse, inventar actividades, motivar a sus alumnos, cantar, crear, soñar y hacer soñar.
Una bicicleta, símbolo de una vida dedicada
Uno de los gestos más emotivos llegó de los chicos de 6°2°. Fue el detalle de la torta decorada con una bicicleta, en honor a la forma en que Cardozo se trasladó a lo largo de su carrera. Una imagen simple, pero que resume una vida marcada por el esfuerzo, la constancia y la humildad.
Este gesto fue acompañado por carteles escritos a mano, abrazos, aplausos y muchas lágrimas. Para los alumnos, Cardozo no fue solo un profesor de Tecnología: fue un formador de valores.
La jornada marcó el fin de una etapa y el comienzo de otra para Manuel Cardozo, quien deja las aulas, pero no el corazón de quienes lo conocieron. Su despedida fue un recordatorio del impacto que un buen docente puede tener, no solo en el presente académico de los estudiantes, sino en sus vidas.