Ahmad Vahidi, general iraní de 67 años, fue nombrado recientemente como nuevo jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, una de las fuerzas más poderosas del régimen. La decisión se produce tras las importantes bajas sufridas por Teherán en los ataques israelíes del viernes pasado. Vahidi, también conocido como Ahmed Shah Cheragi, está acusado de ser uno de los autores intelectuales del atentado a la AMIA de 1994 en Buenos Aires, que dejó 85 muertos y más de 300 heridos.

De acuerdo a lo publicado por Clarín, en Argentina, Vahidi fue señalado por el fallecido fiscal Alberto Nisman como partícipe clave en la reunión en Teherán donde se definió el ataque. Por su rol como comandante de las Fuerzas Al-Quds —el brazo externo de la Guardia Revolucionaria— habría coordinado la acción terrorista ejecutada por Hezbollah. La Unidad de Información Financiera (UIF) argentina también lo implicó formalmente y, junto con otros seis acusados, pidió incluirlo en un registro de personas vinculadas al terrorismo.

Sobre Vahidi pesa una alerta roja de Interpol desde 2007 por múltiples cargos, entre ellos homicidio calificado agravado, lesiones graves y daños por odio racial o religioso. En 2010 fue incluido por Estados Unidos en una lista negra de individuos vinculados al terrorismo. Sin embargo, a pesar de su prontuario, Irán lo sigue condecorando: ya fue ministro de Defensa en 2009 y actualmente ocupa el cargo de ministro del Interior, además de este nuevo nombramiento militar.

Ahmad Vahidi, actual ministro del Interior iraní y nuevo jefe de la Guardia Revolucionaria, está acusado por la Justicia argentina como autor intelectual del atentado a la AMIA. Foto: Archivo NA (AFP PHOTO/BEHROUZ MEHRI)

El gobierno argentino de Javier Milei reactivó el pedido de captura de Vahidi en abril de este año, cuando se supo que el general había viajado a Pakistán y Sri Lanka como parte de una comitiva oficial iraní. La Cancillería solicitó formalmente su detención a ambos países y activó la alerta roja de Interpol a través de su sede central en Lyon, Francia.

El caso de Vahidi vuelve a tensar la relación entre Argentina e Irán en torno al atentado a la AMIA, un tema que ha estado atravesado por intereses políticos, diplomáticos y judiciales durante más de dos décadas. Su designación como jefe de la Guardia Revolucionaria es vista como una provocación en el plano internacional, mientras que en su país es considerado un héroe de la revolución islámica.