El nuevo Papa León XIV inauguró formalmente este domingo su pontificado con una fuerte crítica a los abusos del capitalismo durante la misa en la Plaza de San Pedro, donde llamó a una Iglesia “unida” y comprometida con los excluidos del mundo.
Según supo Noticias Argentinas, ante más de 200.000 personas y 150 delegaciones internacionales, el Papa —nacido en Chicago y naturalizado peruano— denunció que aún hoy persisten “demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, el miedo a la diferencia y un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres”.
León XIV, de 69 años, vivió más de dos décadas como misionero y obispo en Chiclayo, Perú, donde desarrolló una intensa labor pastoral en comunidades vulnerables. Eligió su nombre en homenaje a León XIII, el papa que en el siglo XIX sentó las bases de la doctrina social de la Iglesia.
Durante la misa recibió los símbolos tradicionales del pontificado:
- El palio, estola de lana que representa al Buen Pastor.
- El anillo del Pescador, emblema del sucesor de Pedro.
Visiblemente emocionado, giró su mano para contemplar el anillo y juntó las manos en oración. Luego saludó a la multitud con una sonrisa desde el papamóvil, mientras miles de fieles agitaban banderas y registraban el momento con sus celulares.
Una misa con mensaje político y social
En su homilía, León XIV evitó referencias abstractas y centró su mensaje en la urgencia de una Iglesia caritativa, sin propaganda ni poder, y orientada al servicio, la unidad y la justicia social.
“La caridad no atrapa a los demás con sometimiento ni con medios del poder”, advirtió el pontífice.
También destacó la necesidad de una Iglesia que no imponga, sino que camine junto a las personas y sea fermento de reconciliación en un mundo herido.
Entre los presentes se destacaron:
- El vicepresidente de EE.UU., JD Vance, y el secretario de Estado Marco Rubio.
- Los presidentes de Perú, Colombia, Ecuador, Paraguay y Ucrania.
- Los reyes de España, Felipe y Letizia, y líderes religiosos de diversas confesiones.
La ceremonia fue transmitida en mondovisión y se desplegó un estricto operativo de seguridad, como en el reciente funeral de Francisco.