Previo al evento organizado en la sede diplomática ubicada en pleno corazón del barrio de Dupont Circle, en Washington, el embajador Martín Lousteau señaló a la prensa que el interés por Argentina de por sí “es muy grande” y quedó “reforzado por la visita” del presidente norteamericano Barack Obama en el mes de marzo, que ayudó a que los gobiernos federales “entren en contacto y aceleren los temas”.
Mientras que antes “la concurrencia a la embajada estaba más bien diezmada” ahora las visitas de funcionarios estadounidenses – así como de argentinos – a la embajada es constante, a tal punto “que a veces tenemos que hacer de controladores aéreos”, bromeó el embajador en referencia a los viajes que se dan entre las dos capitales.
Esto quedó reflejado en los colmados salones de la elegante residencia construida en 1906, con invitados que el jueves por la noche degustaron las típicas comidas y vinos argentinos y se emocionaron al entonar el himno argentino interpretado por la orquesta juvenil de Washington (DC Youth Orchestra), dirigida por el argentino, Mariano Vales.

Entre ellos estuvieron la encargada para la región del Departamento de Estado, Mari Carmen Aponte, el sub representantes ante la Organización de Estados Americanos, Michael Fitzpatrick, una veintena de embajadores y legisladores del Congreso, que al igual que el resto de los invitados, fueron recibidos al pie de la escalera central por Lousteau y su mujer, Carla Peterson.
Respecto al festejo por los 200 años de la patria Lousteau afirmó que el objetivo era “celebrando con austeridad y con el espíritu de un país federal, al que le costó mucho llegar a donde terminó llegando, con similitudes respecto a la historia de Estados Unidos pero también con algunas diferencias”.
Fuente: Télam.