Con una estrategia clara y directa, los jugadores de Gran Hermano decidieron unirse con el objetivo de desestabilizar al llamado “Tridente”, uno de los grupos más fuertes dentro del juego. La alianza entre varios participantes se consolidó en una tensa gala donde se evidenció que el blanco eran los familiares de los jugadores que integran ese grupo.
La primera en abandonar la casa fue la madre de Lucía “Luchi”, una de las últimas en sumarse al Tridente. La decisión fue tomada por el público, que a través del voto determinó su salida. Este movimiento fue leído dentro de la casa como un golpe al corazón del grupo, que comenzaba a mostrar fisuras frente a la presión externa e interna.
Luego, fue el turno del amigo de Santiago “Tato”, quien debió dejar la casa por decisión directa de los jugadores. Esta segunda eliminación marcó un punto de inflexión: el juego ya no estaba guiado solamente por el público, sino que los participantes tomaban el control en una nueva etapa más estratégica.
Finalmente, en una gala “picante”, los jugadores decidieron unirse nuevamente y apuntar contra otro integrante cercano al Tridente: el novio de Luz. Alberto Murcia, conocido como “El Pestañas”, recibió 8 votos y fue eliminado por mayoría este miércoles 30 de abril, sellando una semana intensa donde las alianzas internas definieron el rumbo del juego más allá de la voluntad del público.