En medio de una gala cargada de tensión por la eliminación, Gran Hermano sorprendió a los jugadores con una prueba especial que dejó a todos en vilo. La producción lanzó un inesperado desafío dirigido a los participantes fumadores y a quienes quisieran sumarse voluntariamente: para acceder a una nueva provisión de cigarrillos, debían someterse nuevamente a la recordada prueba de estar atados durante 24 horas.
Además, esta vez el incentivo se amplió: junto con los cigarrillos, se ofreció un refresco como recompensa extra, lo que atrajo aún más la atención dentro de la casa.
La primera en levantar la mano fue La Tana Katia, decidida a afrontar el reto sin dudar. A ella se le sumó Sandra, quien también aceptó rápidamente. Pero la verdadera sorpresa de la noche la dio Selva, que no tardó en sumarse al desafío, dejando sin palabras a sus compañeros y al público por su decisión inesperada.
Con la prueba en marcha, los participantes deberán mantenerse unidos durante 24 horas sin romper el vínculo. El desafío promete no solo poner a prueba su resistencia física y emocional, sino también generar nuevas dinámicas de convivencia en una semana clave dentro de la competencia.