El mundo del folclore argentino está de luto tras el fallecimiento de Federico Córdoba, cantante y guitarrista que supo convertirse en una figura clave del norte del país. A los 73 años, y tras atravesar un delicado tratamiento médico, Córdoba dejó un legado invaluable tanto en la música como en la formación de generaciones de artistas, entre ellos el reconocido Chaqueño Palavecino.
Córdoba fue uno de los fundadores de Las Voces de Orán, un conjunto que desde 1969 marcó un antes y un después en la música folclórica. Su voz, inconfundible y llena de sentimiento, acompañó clásicos que se convirtieron en himnos para el público argentino, como “Cuando me acuerdo de Salta” y “Juana Azurduy”. Durante más de cinco décadas, su guitarra y su canto resonaron en festivales, peñas y radios, transmitiendo la esencia cultural del norte argentino.
La noticia de su fallecimiento fue confirmada por su propia agrupación, que publicó un emotivo mensaje en redes sociales para despedir a su “gran líder y amado Federico Córdoba”. La comunidad folclórica, artistas y seguidores expresaron su dolor y reconocimiento, destacando su humildad y compromiso con la tradición. Entre los mensajes más sentidos estuvo el del Chaqueño Palavecino, quien destacó la influencia de Córdoba en su carrera y su rol como padrino artístico y amigo.
A pesar de la tristeza, el legado de Federico Córdoba seguirá vivo en cada zamba, carnavalito y guitarra que suene en la región que tanto amó. Su voz, aunque silenciada, continuará acompañando a quienes valoran el folclore como memoria, identidad y expresión popular, manteniendo vigente la rica tradición del norte argentino.
Fuente: Con información de Infobae