Para la familia de Gabriela Lizzi, Chicha no es solo una mascota: es su compañía fiel, quien los recibe con alegría cada día, su paño de consuelo y una parte esencial del hogar.
“Es más que una mascota… es como una hija”, contó Gabriela con la voz entrecortada, mientras Olivia, su hija de 8 años, afirma desde el alma: “La ama con locura y la extrañamos mucho más”.
Una compañera de vida
Chicha llegó hace 11 años cuando Gabriela y su marido forjaron su familia. Fue desde entonces testigo de la llegada de un bebé, de los días de lluvia y de la cotidianeidad que, más que rutina, se convierte en vínculo. “Tiene color marrón, ya está muy canosa, es pequeñita y tierna”, aseguró Gabriela a Diario La Provincia SJ. Con algunos problemas de piel por temas de salud y un reciente embarazo psicológico, Chicha requiere atención y cuidados constantes.
La noche de su desaparición
El martes 1 de julio por la noche, durante un descuido en la apertura de la puerta al frío, Chicha huyó. No tardaron en darse cuenta, pero la inquietud creció al no encontrarla en los minutos que siguieron. “Se escapó y no la volvimos a ver”, lamentó Gabriela, aún conmovida por el recuerdo del momento.
Desde ese instante, la búsqueda no se hizo esperar: carteles con su imagen y teléfono comenzaron a tapizar el centro de la ciudad. Sin embargo, lo que más conmovió a la familia fue la iniciativa de Olivia y sus compañeras del Colegio San Francisco de Asís. Sin aviso previo, las niñas se organizaron para tomar papel, lápiz y ponerse a trabajar: “Éstas nenas hicieron carteles a mano, y los pegaron en sus casas. Con 8 años, es muy admirable”, aseguró Gabriela con orgullo.
El gesto de las niñas desató una reacción en cadena. Vecinos, medios de comunicación y desconocidos se hicieron eco, compartieron la búsqueda y se sumaron al reclamo de reencuentro. “Estoy sorprendida por la generosidad de la gente, esas almas caritativas existen realmente”, expresó Gabriela, emocionada.
Un llamado urgente
Sin collar ni identificación, y vulnerable ante el frío u otros peligros, Chicha exige prisa. La familia teme que, por su edad y condiciones de salud, no resista demasiado tiempo. “Rogamos que alguien la tenga… una perrita de 11 años no sobrevive sola”, subrayó.
Para quien tenga información, el contacto es directo:
Gabriela Lizzi – 2644 19 3919
El valor de su vuelta
Detrás de un animal perdido hay un vínculo irreemplazable y una historia de amor. “Ella forma parte de nuestra vida, de nuestra familia. Su pérdida es incalculable”, concluyó Gabriela, con la esperanza intacta de reencontrarla.