Mauro Molina, un sanjuanino de 44 años y encargado de edificio, vive una pasión que no conoce de edades: la colección de muñecos de superhéroes y villanos, tanto actuales como retro. Lo hace junto a su hijo Pedro, de 11 años, con quien comparte ferias, muestras y horas de juegos, películas y recuerdos. Su más reciente adquisición desató furor en el último Finde Geek en San Juan: una réplica en tamaño real de la mítica Espada del Augurio, del universo Thundercats.
“La conseguimos en enero con unos chicos de Jujuy que la habían traído del exterior. Es una réplica exacta, con las perlitas y todo, como en la serie. Pesa entre dos y dos kilos y medio, mide más de un metro y es sin filo porque es decorativa”, contó Mauro a Diario La Provincia SJ.
Con orgullo, explicó que se trata de la espada de Leon-O, el líder de los Thundercats, que muchos recuerdan por la famosa frase “¡Espada del Augurio, quiero ver más allá de lo evidente!”. Para los adultos, este ícono de los 80 despierta pura nostalgia. “Cuando la gente la ve y la agarra, se le iluminan los ojos. Recuerdan la infancia, eso es lo lindo de todo esto”, agregó.
Colección en familia: del He-Man inflado al Bane de $100 mil
La historia de Mauro con los muñecos no es nueva. “Siempre he tenido figuras. De chico tuve un He-Man que en realidad no era He-Man, eran ‘guerreros del mañana’ de plástico inflado. Tenía 5 años. También autitos y camioncitos”, recordó. Con el tiempo, vendió muchas de esas piezas retro para armar una colección más moderna y articulada, que hoy comparte con Pedro.
“Tenemos de todo, pero lo que más nos gusta es Dragon Ball. Yo quiero conseguir todas las versiones de Goku: GT, Super Saiyan, Ultra Instinto. También tengo de Marvel, como el Hombre Araña, y de DC, como Batman y Superman. Y nos encanta lo retro: Thundercats, He-Man…”, contó emocionado.
La colección familiar está dividida por gustos. “Esta parte es mía y esa de mi hijo. Él tiene lo que le regalé a él, y lo que le gusta también me gusta a mí. Estamos al mismo nivel. Lo que él ve, lo veo yo; lo que yo veo, lo ve él. Es como estar viviendo mi niñez de nuevo con él”, dijo entre risas.
El precio de la pasión
Armar una colección de esta magnitud no es fácil, especialmente en Argentina. “No es común que se consigan acá. Muchos muñecos los traemos por contactos en Instagram, grupos de Buenos Aires o Mercado Libre. Algunos los venden porque cambian de colección y ahí aprovechamos”, explicó.
Entre las piezas más valiosas está un muñeco de Bane, el icónico enemigo de Batman, que ronda los $100 mil pesos. También los Goku japoneses, con rostros y manos intercambiables, efectos de poder y detalles premium, que superan los $110 mil pesos.
“El muñeco de He-Man lo compré a $20 mil y hoy está en $60 o $70 mil. Es caro, sí, pero también es difícil de conseguir y para nosotros es algo más que un hobby: es una forma de compartir momentos, revivir la infancia y disfrutar lo que nos gusta”, concluyó Mauro.