Durante su visita al Vaticano el sábado pasado, el presidente Javier Milei sorprendió con un regalo cargado de significado al Papa León XIV: la acta de fundación del Convento Agustino “San José” de la Ciudad de San Juan, fechado en 1642. Se trata del primer convento de la orden de San Agustín en la Argentina, cuyo origen se remonta a la época colonial y guarda una historia poco conocida, pero muy significativa para la identidad religiosa y cultural del país.

El historiador sanjuanino Claudio Vera explicó la trascendencia del documento y el porqué de su elección como obsequio. “Es llamativo el regalo que le hacen a un Papa que es agustino. Es como un mimo diplomático que muestra la cercanía espiritual de Argentina con Roma y la Iglesia Universal a través de los agustinos en San Juan”, explicó en Canal 8.

El Convento San José se estableció en el corazón de la Ciudad de San Juan gracias al esfuerzo de vecinos locales, quienes reunieron fondos para traer a la orden. En tiempos donde la asistencia espiritual era escasa, su llegada representó un hito clave para la vida religiosa y social de la región.

El Papa León y Javier Milei reunidos en el Vaticano el sábado 7 de junio. Foto: Vaticn News.

San Juan, cuna de los agustinos en el país

Aunque hoy pocos lo recuerdan, los agustinos se instalaron primero en San Juan antes que en cualquier otra parte del país. Su convento ocupó una manzana completa cerca de la actual Catedral, en lo que hoy es parte de la guardería del Alto y terrenos aledaños.

En 1819, el convento llegó a contar con 16 frailes y 3 novicios, una cifra que sorprendía por su magnitud. El archivo histórico conserva ese inventario, escrito por un fraile agustino recientemente fallecido, que dedicó su vida a estudiar el legado de la orden en San Juan.

De la gloria al silencio: la secularización y el final del convento

El auge se interrumpió en el siglo XIX con las leyes de secularización impulsadas por el gobernador del Carril, que obligaban a cerrar conventos con menos de 10 frailes. Las propiedades fueron expropiadas y muchos religiosos abandonaron la vida monástica o se trasladaron a otras ciudades.

Seminario Conciliar, vista exterior en San Juan antiguo.

El último agustino en San Juan fue Antonio Gil de Oliva, quien murió en 1873, marcando así el final de la orden en la provincia. Años después, los terrenos fueron donados por el Estado al Obispado, y allí se fundó el Seminario Conciliar de Cuyo.

Uno de los agustinos más destacados fue Diego Salinas de Heredia, sanjuanino nombrado obispo de Panamá por el rey Felipe V. Su figura sigue presente en la provincia, donde una escuela lleva su nombre.

Una historia que vuelve a la luz

El gesto del presidente Milei permitió visibilizar un capítulo olvidado pero esencial del pasado sanjuanino y argentino. Como expresó Claudio Vera: “Ojalá este acontecimiento sirva para que más gente conozca la historia de los agustinos en San Juan, que es también parte de la historia grande del país y de su vínculo con la Iglesia”.

La entrega del acta al Papa no solo fue un presente diplomático. Fue también un reconocimiento a una identidad espiritual que echó raíces hace más de tres siglos en tierras sanjuaninas.

El Seminario Conciliar, vista interior, estaba ubicado al lado de la Catedral.