Un gesto de empatía, valentía y amor incondicional transformó la historia de un perro que estuvo al borde del colapso en los filos de una quebrada del Cerro Tres Marías, en San Juan. El protagonista de esta conmovedora historia es Lucas Vargas, un joven oriundo de La Bebida, quien no dudó en actuar cuando escuchó que un animal llevaba días llorando en la zona.
Todo comenzó el lunes por la noche, cuando Lucas se enteró de que desde el sábado se escuchaban los lamentos de un perro atrapado. Conmovido, intentó salir a buscarlo de inmediato, pero no encontró su linterna. Sin rendirse, decidió regresar al día siguiente por la mañana. Conocía bien el terreno porque suele entrenar allí, y no podía quedarse de brazos cruzados.
Ya en el lugar, Lucas se encontró con Ernesto, otro sanjuanino que también había decidido involucrarse en la búsqueda. Fue él quien logró encontrar al perro, justo antes de que Lucas llegara. Entre los dos, junto con la hija de Ernesto, comenzaron una cadena de ayuda que terminó en una emotiva escena de rescate.
“Gracias a Ernesto y a la hija, porque llamamos al 911 y no tenían recursos ni movilidad; Ecológica tampoco. Entonces decidí llevarlo al veterinario y lo adopté”, relató emocionado Lucas a Diario La Provincia SJ.
La red de apoyo se amplió cuando contactaron a la organización Patitas Sin Hogar, quienes ya estaban al tanto del caso. De inmediato se activó el protocolo de asistencia. Marilú, referente del grupo proteccionista, gestionó la atención veterinaria con Cecilia, de Olaen, quien estuvo a punto de irse, pero esperó para recibir al perrito en estado crítico.
“Ernesto andaba en movilidad, así que pasamos a buscar a su hija y fuimos directo a la veterinaria en modo de emergencia”, recordó Lucas. Pancho —como lo bautizaron— llegó deshidratado, flaco y sin fuerzas. El diagnóstico fue claro: no hubiese sobrevivido un día más en esas condiciones.
Lo que siguió fue un momento que Lucas describió como “hermoso y emocionante”. Apenas Pancho recibió agua y atención, movía la colita y quería irse con ellos. No cabía duda de que ese era el inicio de un nuevo capítulo para el perrito.
“No se quería ni moverse cuando lo encontramos. Me dio tanta desesperación ver que nadie hacía nada… y decidí ir yo. Cuando lo vi, me emocioné muchísimo. Lo encontré en un lugar muy peligroso, no sabemos cómo llegó ahí. Era un precipicio”, contó el joven, aún sorprendido por la tenacidad del animal.
La historia también tiene una cuota de destino: fue la novia de Lucas quien le mostró los videos del perro atrapado y le preguntó si conocía la zona. Él había pasado por ahí días antes, sin haberlo escuchado. “Fuimos los guerreros, los ángeles de Pancho”, dijo con orgullo.
Hoy Pancho se recupera favorablemente en su nuevo hogar. Gracias al trabajo conjunto entre vecinos solidarios y la organización Patitas Sin Hogar, no solo fue salvado, sino que encontró una familia que lo cuidará para siempre.
“Yo fui con la intención de buscarlo porque nadie lo hacía. Ahora Pancho es parte de mi vida y estoy seguro de que me lo va a agradecer toda la vida. Fue una experiencia única”, cerró Lucas, con el corazón lleno.
