A 55 años de su inauguración, el Auditorio Juan Victoria sigue revelando secretos que pocos conocen. Más allá de su imponente sala con acústica de nivel internacional, este emblemático espacio cultural de San Juan guarda dos “tesoros verdes” finamente pensados por su creador, Juan Victoria: una cortina de árboles que actúa como barrera acústica natural y un parque diseñado con especies representativas de toda Latinoamérica.

Pueden ver que tiene una cortina de árboles que hacen de contención para los ruidos. Vos estás, te sentás con un instrumento en el escenario del anfiteatro y no escuchás el ruido de los autos que pasan en la calle y estás al aire libre”, reveló Rolando García Gómez, actual director del Auditorio, a Diario La Provincia SJ. “Igual que si corre viento, abajo prácticamente no se siente.”

Esta disposición no es casual. Fue parte del diseño original pensado por Victoria, quien también previó un foso para orquesta en el anfiteatro, que hoy permite funciones conjuntas de música y danza. “Victoria pensó en eso. En el auditorio no se hace danza, pero se hace danza en el anfiteatro”, agregó García Gómez. El diseño convierte al anfiteatro en un espacio acústicamente protegido, incluso a cielo abierto.

Entre los árboles que aún se conservan están el cedro paraguayo, el álamo chileno, el jacarandá y otras especies nativas de la región. Foto: Diario La Provincia SJ / Maximiliano Huyema.

Un bosque latinoamericano en San Juan

Otro de los secretos mejor guardados del auditorio está en su parque: una arboleda con especies de distintos países de América Latina. “Todo lo que es la arboleda que tiene el auditorio está declarado patrimonio también porque se hizo un diseño donde cada árbol representaba un país de Latinoamérica. Pocos lo saben”, contó García Gómez.

El proyecto botánico incluyó especies como el cedro paraguayo, el álamo chileno, una peruviana de Perú, jacarandás y moras, entre muchas otras. Aunque el paso del tiempo, plagas y descuidos hicieron que algunas especies se perdieran, el equipo del auditorio busca recuperar esa diversidad original.

Estamos en esa búsqueda para volver a tenerlo como era originalmente. Hasta en eso pensó Juan Victoria. Hay plantas de todos los países de Latinoamérica”, destacó el director, amante confeso de las plantas.

El bosque del Auditorio es también un aula viva: los estudiantes de música muchas veces practican entre los árboles. Foto: Diario La Provincia SJ / Maximiliano Huyema.

Mucho más que una sala de conciertos

Mientras muchos destacan la acústica de la sala principal y el órgano Walcker como los grandes íconos del Auditorio, estas joyas naturales dan cuenta de una visión arquitectónica y cultural integral. “Imaginate que teniendo todo ese bosquecito como decimos nosotros, los chicos salen a estudiar música entre los árboles ahí, así que hasta en eso pensó Victoria”, señaló García Gómez.

El proyecto inicial de Victoria abarcaba mucho más que una sala: contemplaba una escuela de teatro, de artes plásticas y un complejo artístico que llegaba hasta donde hoy se ubica la Iglesia de Guadalupe. Aunque no todo pudo concretarse, el legado arquitectónico y ecológico sigue vivo, respirando entre partituras y hojas.

Con el paso del tiempo algunas especies se perdieron, pero se trabaja para restaurar el diseño original del parque. Diario La Provincia SJ / Maximiliano Huyema.