Caminaba lento pero con paso firme. Su objetivo era llegar a las máximas autoridades provinciales para trasladar su iniciativa y lo consiguió. Teresa Antonia Bunader tiene 94 años de edad y el pasado martes llegó hasta el gobernador Marcelo Orrego, el vice Fabián Martín y la intendenta Susana Laciar. Su desafío era uno: que una de las calles que rodea a la estación San Martín sea renombrada. Ésta podría ser calle España.

El sábado se cumplen 140 años de la llegada del ferrocarril y quiero que se llame avenida de los Ferroviarios, que cambien el nombre de la calle“, destacó la abuela a Diario La Provincia SJ.

Teresa es docente jubilada, trabajó en 26 escuelas desde la Antonino Aberastain en Pocito y la Juan de Dios Flores de Pozo de los Algarrobos en Caucete hasta la Ventura Segura en Santa Rosa, Mendoza. Sabe más que nadie el valor de la historia porque es una apasionada del pasado. No sólo por lo que implica los ferrocarriles para San Juan sino también por la presencia de figuras como Roger Balet.

Teresa le pidió a Susana Laciar que cambie el nombre de una calle para homenajear a los ferroviarios.

El pedido de Teresa fue escuchado por la intendenta Laciar quien destacó que el proyecto tiene que ingresar al Concejo Deliberante y seguir desde ahí los pasos formales. “Es bienvenida la inquietud y que lo podamos hablar con los concejales. Cuando hay un pedido de cambio de nombre, ya sea de una calle o una plaza, siempre la petición baja hacia el Concejo Deliberante, quienes hacen las audiencias respectivas para buscar justamente, no uniformidad, pero una mayoría que pueda estar de acuerdo para no ir en tantos cambios que vayan y vengan”, destacó Susana Laciar.

Además Teresa quiere que se evoque a Roger Balet como un hacedor de la educación y de la cultura en San Juan. Sobre eso también se está trabajando con la Secretaria de Turismo y Cultura del municipio de Capital para “poder evocar cada rincón de la ciudad de San Juan“.

Teresa también acercó su pedido al gobernador Marcelo Orrego.

Siendo una ciudad nueva de 80 años, cada rincón tiene su historia, tiene su cultura. Cada comunidad tiene tanto para decir que es importante que todos esos decires que tenemos de cada una de las comunidades, de las uniones vecinales, los podamos ir contando. Estamos en el programa ¿La ciudad y las uniones vecinales cuentan su historia’. Así que vamos a darles esa impronta”, agregó.

LA HISTORIA CON ROGER BALET

Cuando Teresa tenía 91 años se propuso empezar a investigar la vida de José Roger Balet, el filántropo que donó dos escuelas en San Juan. Dos años después, con 93 años obtuvo un cúmulo de datos que sueña con que terminen en un libro.

Teresa Antonia Bunader cumplió 93 años en el 2024.

Todo surgió en el año 1949. Recuerdo que iba a trabajar a mi escuela, la Antonino Aberastain, en Pocito. Iba en la línea 16 que pasaba por calle Mendoza y doblaba en la 11. Casi al llegar a la esquina vi un edificio muy grande, muy bonito, que parecía una casa española. Eso me llamó la atención y me quedó grabado en la mente”, comenzó recordando en el 2024 Teresa a Diario La Provincia SJ, quien destacó que aquella vez, cuando era muy joven, el interés sobre ese edificio le quedó marcado pero “durmió” en ella por varias décadas.

Su memoria no flaquea ni la traiciona. Aquella hermosa casa es la escuela España, que fue inaugurada el 25 de mayo de 1943 con la presencia del vicegobernador de San Juan, Horacio Videla. En una de sus paredes una leyenda indica que ese edificio fue donado por José Roger Balet, un inmigrante empresario de origen catalán que no sólo entregó este lugar sino otros 47 establecimientos educativos en todo el país.

Teresa concursó en el 2024 para el premio Jorge Leonidas Escudero.

Hace recién dos años me desperté y me acordé de Roger Balet, entonces empecé a buscar su historia. Me tardé dos años para poderla conseguir. Ya tengo todos los datos. Encontré un bisnieto en Buenos Aires, Ricardo, que me dio su número de teléfono. Me mandó un libro escrito por Yderla Anzoátegui con edición de 1960″, explicó sobre esa biografía del hombre que ya no está a la venta.

Esos dos años de investigación no fueron fáciles. Sus años a cuesta no le significaron un impedimento físico a ella para salir y golpear puertas en busca de la información. Fue la poca solidaridad de la gente la que hizo que cada dato fuera más difícil conseguirlo. Es que muchos le prometían ayudarla en la búsqueda pero no lo hacían y le recomendaban a ella volver a la casa a descansar.

“Busqué en todos los edificios públicos, Ministerio de Educación, Registro Civil, Cementerio, todos los que pude averiguar y me costó mucho reunir los datos”, señaló para luego subrayar: “me transformé en investigadora o escritora, como quieran llamarle, a través del tiempo por todo lo que me ha costado. Me costó mucho pero he logrado escribir mucho”.