Este martes se celebra en todo el mundo el Día del Trabajador. En San Juan las realidades laborales son muy diferentes y algunos de los que la están pasando mal son los empleados de la histórica zapatería de calle Tucumán a metros de avenida Libertador. En las vísperas de esta fecha, y como reclamo a la demora en una solución al conflicto, el Sindicato de Empleados de Comercios organizó una asamblea y olla popular en la puerta del local junto a los empleados despedidos.
Fue el sábado pasado y la escena tuvo momentos de mucha emoción ya que algunos de los que quedaron despedidos no contuvieron las lágrimas por el duro momento. En total son 12 los trabajadores a los que les llegó la notificación de despido y con ésa a muchos sintieron lo peor. Es que por la edad que tienen los empleados, muchos ya estaban a pocos años de empezar los trámites para jubilarse y esto significa quedar fuera de las posibilidades de seguir trabajando. Por eso, al iniciar el almuerzo popular, lo primero que pidieron fue “Por trabajo para todos”.
Jorge Silva hace 40 años que trabaja en Casa Sáenz y es uno a los que le llegó la carta notarial a su casa. “Como muchos de mis compañeros tenemos vasta trayectoria. Nunca pensamos estar en esta situación. La crisis comenzó hace casi dos años y fuimos muy leales a la familia Sáenz. Nunca levantamos un dedo en contra de la familia. Siempre les dábamos soluciones y sabíamos, como pasó despúes del incendio que sufrimos en el local, que con mercadería levantábamos la sucursal. En las reuniones propusimos la salida de esto y ellos no nos dieron mercadería. En la última reunión nos prometieron mercadería para la época colegial y no lo hicieron. Nunca tuvieron intención de levantar la empresa”, lamentó a Diario La Provincia.
“Fueron cartas notariales que enviaron a las casas. No estábamos porque habíamos venido a trabajar. La madre de un compañero se descompuso y estuvo muy mal. Ella no entendía lo que pasaba. Eso nos dolió muchísimo. Podrían haber venido de frente y habernos dicho que necesitaban reducir personal. A lo mejor lo aceptábamos para continuar con la fuente de trabajo… Despedirnos fue como la muerte de cada uno. Tenemos vasta experiencia en el rubro de zapatería pero se busca a los jóvenes. Tenemos 35 a 40 años trabajando acá y estamos perdiendo el trabajo”, aseguró.