Completamente feliz. Así se sintió Ian Agüero este domingo, después de pisar la cancha de Peñarol. El pequeño de 10 años había caído el 22 de abril pasado desde un segundo piso de un departamento del barrio San Martín y tras 15 días alejado de su gran pasión, el fútbol, este domingo volvió al club. Lo hizo junto al plantel del equipo de Primera.
“Me invitaron y quería ir. Fue muy lindo cuando empezaron a decir todos ‘Ian, Ian'”, comenzó recordando el niño a Diario La Provincia cómo fue ese momento en el que entró a la cancha con su brazo y pie enyesado. Fue en la previa al partido y desde la tribuna gritaban su nombre alentándolo en esta etapa de recuperación. Esa escena se convirtió, sin duas, en la más emotiva que vivió tanto él como su familia.
Luego Ian trajo a la memoria el momento que pudo conocer cara a cara a uno de sus mayores ídolos dentro de la cancha de Peñarol: Alan Cantero. “Me saqué fotos con él y me dijo que me va a regalar su camiseta. También estuvo en el vestuario y me dieron un aplauso cuando salí”, contó Ian quien destacó en su relato que en un momento vio que habían chicos de su edad que se habían subido a una baranda en la cancha y él les pidió que se bajaran para que no sufrieran lo que él pasó: caer desde la altura.
“El árbirto me quería regalar el silbato pero tenía que dirigir el partido y habían jugadores de otras categorías, mi técnico Luis Barón y Gonzalo, mi otro técnico estaba ahí. Me llevaban en upa. Estoy feliz. Cuando me recupere, voy a volver a la cancha y recuperar el puesto”, finalizó el chico que por un mes permanecerá con el yeso en su pierna y brazo y luego quiere volver. Sobre el yeso su mamá Romina Zárate ya proyecta hacerle un dibujo de este día que Ian volvió a la cancha y a su vez agregarle el escudo de Peñarol.
Por su parte, Romina aseguró que el “sueño de Ian se cumplió”, que griten su nombre desde la Tribuna para alentarlo. “A todos se nos corrían las lágrimas. Fue muy emotivo”, finalizó la mamá.