El pasado fin de semana Raúl Rodríguez fue detenido por las fuerzas policiales tras maltratar físicamente a miembros de su familia en La Villa Obrera, en Chimbas, durante una pelea familiar. Una vez arrestado y dentro del patrullero, el hombre decidió usar su fuerza para destruir el móvil policial.
Su caso se trató el pasado miércoles, mediante una audiencia en Flagrancia, y allí recibió su condena. Virginia Branca, fiscal de la causa, aclaró por qué este tipo de delito se titula como Daño Agravado.
“Un móvil policial que se corrompe, se encuentra afectado a la prestación de un servicio público de interés para toda la comunidad. Así lo decidió la Corte en un fallo que trajo mucha polémica en 2017”, aclaró la letrada a Diario La Provincia destacando que no se trata de cualquier móvil, ya que de esa forma se calificaría como daño simple.
Por otro lado, la Fiscal contó que poner en funcionamiento un patrullero perteneciente a las fuerzas policiales, con sus respectivos elementos de seguridad, “cuesta entre ochocientos y un millón de pesos” a la provincia, sumándole los días en que permanece inutilizado. “El daño que se causa es a la provincia, el dinero que hay que reparar acá significa menos elementos en otras instituciones como hospitales, escuelas y demás”, sentenció Virginia Branca.
La condena es en suspenso ya que en este caso, el acusado tiene antecedentes pero no una condena previa, ésta sería la primera. Por ese motivo, se concede la condena en suspenso por única vez.