“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción”. Recordando esas palabras de que Lucas plasma en el Nuevo Testamento, monseñor Jorge Lozano inició este miércoles la homilia de la Misa Crismal ante cientos de fieles en la iglesia Catedral.

Lozano recordó con su palabra que Jesus “es el enviado del Padre, Él es el Salvador” y “en esta misión quiso asociar a su Iglesia, dándonos una mirada comunitaria acerca de la salvación”. Luego destacó que el Papa Francisco enseña que “esta salvación, que realiza Dios y anuncia gozosamente la Iglesia, es para todos, y Dios ha gestado un camino para unirse a cada uno de los seres humanos de todos los tiempos. Ha elegido convocarlos como pueblo y no como seres aislados. Nadie se salva solo, esto es, ni como individuo aislado ni por sus propias fuerzas”.

“El querido Papa Benedicto XVI nos ha advertido a cerca de una tendencia reduccionista respecto de la esperanza, la cual ‘consistiría en puro individualismo, que habría abandonado al mundo a su miseria y se habría amparado en una salvación eterna exclusivamente privada’. Sin embargo, nos recuerda que en la teología de los Padres de la Iglesia ‘la salvación ha sido considerada siempre como una realidad comunitaria’. Hoy nos preocupa cómo se va divulgando una tendencia pietista e individualista alejada de los pobres y de la comunidad cristiana, que casi olvida la Revelación de la Biblia”, agregó Lozano.

Ante este escenario destacó que todas las personas que fueron bautizadas forman parte de la comunidad cristiana y por ello “ninguno debiera considerarse “pasivo” o simplemente receptor de los que otros deciden o hacen”. Así, “Cristo, el único Mediador, instituyó y mantiene continuamente en la tierra a su Iglesia Santa, comunidad de fe, esperanza y caridad, como un todo visible, comunicando mediante ella la verdad y la gracia a todos”, subrayó.

Por otro lado, Lozano hizo un fuerte llamado a los fieles laicos a quienes indicó  que “tienen alguna responsabilidad en las comunidades, los que están asociados en movimientos e instituciones”.

“Los necesitamos a todos. Vuelvo a insistir no sobra nadie. Acojan el llamado a la conversión y miren sus vidas a la luz de la Palabra de Dios y del llamado del Papa y los obispos de America Latina y El Caribe en Aparecida. Seamos fieles a la unción recibida en el Bautismo. Seamos misioneros”, señaló apuntando posteriormente a los “religiosos, religiosas, consagrados y consagradas, que la entrega alegre y generosa de ustedes nos aliente a todos a ser más pobres y sencillos, a cuidarnos unos a otros en nuestras debilidades”.

“Tomen iniciativas de ir a las periferias geográficas y existenciales. Seamos fieles a la unción recibida en el Bautismo. Seamos misioneros”, señalo.