Son muy jóvenes pero ya tienen la enorme responsabilidad de cuidar la vida de quienes por estos días disfrutan del agua en San Juan. Macarena Ariza tiene 19 años de edad y Pilar López Navas, 20. Ambas son guardavidas en San Juan y pertenecen al grupo SUGARA, dedicados a la tarea de rescates acuáticos y terrestres.
Motivadas por esta noble tarea, las chicas realizaron sus entrenamientos en el año 2016, mediante la Secretaría de Deportes de la provincia, recibiendo formaciones teórico – prácticas, basadas en técnicas de rescate, primeros auxilios y RSP.
“Nuestra formación se basa principalmente para trabajar en una pileta pero también estamos capacitados para trabajar en aguas abiertas. Trabajar en el dique es totalmente diferente. El verano del 2017 fue nuestra primera temporada y aprendí muchísimo de mis compañeros, sobre todo en rescate y navegación”, contó Macarena Ariza a Diario La Provincia.
Lejos del estereotipo de salvavidas que cualquier lector puede recordar de Baywatch, Macarena y Pilar llevan una rutina que las mantiene en forma y preparadas para soportar cualquier desafío que se les ponga por delante. Hace un tiempo, asistieron a la capacitación en aguas abiertas en Mar del Tuyú, en Buenos Aires, donde recibieron formación teórica y práctica. “Nadamos en el mar mañana, tarde y noche. Fue una especialización espectacular, lo que vivimos fue una experiencia mundial”, recordó entre risas Pilar.
Las jóvenes confesaron que su motivación para llevar adelante esta tarea va en el sentimiento de salvar la vida de una persona que necesita ayuda más allá del lugar donde ocurra ni cómo suceda.
“No se trata solamente de salvar al que se está ahogando, sino también asistir al que se cae a la orilla de la pileta, a la orilla de la playa. Saber que podes ayudar a una persona que sufre un accidente, podes contenerla. Estamos preparados para enfrentar situaciones desagradables tanto en el agua como en la tierra”, agregó Pilar a lo que Macarena subrayó: “nunca me pongo a pensar cómo tengo que actuar en un rescate. Directamente voy. Sí me dan nervios y ansiedad, me pongo eufórica y pienso en todo lo que fui aprendiendo para poder realizar bien un rescate, para que la víctima pueda salir rápido de esa situación incómoda y fea que le causa miedo”.
También las chicas contaron que es muy importante el cuidado propio cuando se trabaja individualmente, pero la cuestión cambia cuando se trabaja en equipo. Es que en esta oportunidad, se trata de proteger a los compañeros y a las personas que disfrutan del agua, ya que son posibles víctimas de distintos hechos.
“Lo mejor de trabajar con un compañero es que nunca estas solo, siempre alguien te motiva a actuar aunque estés nervioso o cansado, o cuando venís con problemas particulares, dejas todo eso afuera y pones la cabeza en lo que hay que hacer. Eso es lo que más me gusta de ser guardavidas, es una entrega total”, reflexionó la joven Ariza.
Por último Pilar y Macarena hablaron de sus miedos a la hora de llevar adelante dicha tarea y manifestaron que lo peor que les podría ocurrir sería no actuar correctamente en una situación de riesgo. “Creemos que es el miedo de todos, no actuar a tiempo y rápido o paralizarnos por el miedo. Gracias a Dios hemos tenido muy pocas situaciones así y hemos podido resolverlas exitosamente”, concluyeron.