Este jueves se realizó la audiencia de impugnación de la sentencia por la muerte de Marcelo Amarfil, que tiene a la investigadora del CONICET, Luciana Teresita Bustos, como principal imputada. Tanto la defensa como el Ministerio Público Fiscal, junto con la querella, cuestionaron el fallo que condenó a Bustos a prisión perpetua por homicidio agravado por el vínculo. Sin embargo, no se convalidó el agravante de alevosía, ya que se consideró que Amarfil podría haberse defendido.
Por su parte, la defensa, representada por Roli Olivera y Fabiana Salinas, sostuvo que Bustos era víctima de lesbofobia por parte de Amarfil, en el marco de un vínculo caracterizado por el sometimiento y la dominación. En ese sentido, recordó que la psicóloga personal de Bustos, la licenciada y doctora Saín, atendió a la imputada más de treinta veces y dejó constancia de que estaba sometida a un contexto de violencia por parte de Amarfil.
La abogada enfatizó en los testimonios de especialistas como el licenciado Luis Peña, quien realizó un análisis minucioso de la personalidad del fallecido. Según Salinas, “Peña determinó que Marcelo Amarfil tenía rasgos obsesivos compulsivos, acreditados en el expediente, que configuraban una vigilancia permanente sobre Luciana Bustos”.
La defensa remarcó que esa presión se expresaba en distintos ámbitos, incluida la exigencia de ocultar la identidad de género y la orientación sexual de la imputada. “En la autopsia psicológica de Amarfil se acreditó que existía una vigilancia constante, que impedía que Luciana pudiera siquiera decir dónde vivía con su pareja. Había una presión permanente para corregir su identidad de género, y esta conducta está tipificada en la Ley 26.485, que busca erradicar la violencia contra las mujeres”, señaló.
Salinas también rechazó la idea instalada por la fiscalía de que Bustos llevaba una “doble vida”. “Lo que realmente se intentó fue construir una figura de abuso de confianza. Pero esta defensa sostiene la inaplicabilidad del vínculo para la sentencia”, aclaró.
En relación al análisis estructural de la relación, la letrada argumentó que los peritos acreditaron un vínculo de subordinación y dominación. “Luciana Bustos era obligada a ocultar su vida personal por miedo. Amarfil no aceptaba que ella fuera lesbiana. Este fallo reproduce estereotipos de género al no considerar la lesbofobia que Marcelo ejercía a diario sobre Luciana”, afirmó.
Finalmente, insistió en que el perfil psicológico del fallecido “presentaba rasgos obsesivos compulsivos y ‘homofobia activa’”, lo que enmarcaba la situación en un contexto de violencia. “Entendemos que la acción de Luciana Bustos debe ser comprendida en el marco de la legítima defensa y desde una perspectiva de género”, concluyó.
La posición de la fiscalía
Por su parte, el fiscal Fabrizio Médici describió a la relación entre Bustos y Amarfil como un vínculo amoroso consolidado. “Se conocieron en 2009, cuando Luciana iba al gimnasio donde Marcelo Amarfil era instructor, y esto fue corroborado por los testimonios”, señaló.
El representante del Ministerio Público Fiscal detalló que compartían rutinas y proyectos comunes: “Ella iba todos los días a su casa, desayunaban juntos, tenían proyectos laborales, financieros y deportivos, y pasaban numerosas horas encerrados. Vivían en una habitación”.
Médici también aportó pruebas de mensajes íntimos entre ambos. “Los mensajes son reveladores. Se escribían: mi vida, te quiero muchísimo. Esto muestra que había una relación afectiva sostenida en el tiempo”, sostuvo.
El fiscal cuestionó la idea de que Bustos llevara una doble vida sin consecuencias jurídicas. “Luciana Bustos tenía una pareja de su mismo sexo, incluso una unión convivencial, mientras que Marcelo Amarfil había terminado una relación porque su novia sospechaba que él ya estaba vinculado sentimentalmente con Bustos”, dijo.
En este sentido agregó, “una relación de pareja puede ser para la sociedad o puede ser oculta, pero sigue siendo una relación en tanto y en cuanto se den tres componentes: una relación afectiva y sentimental, una relación prolongada en el tiempo y una relación de confianza. Y en este caso, esos tres elementos se cumplen”, enfatizó.
El cuestionamiento al agravante por el vínculo
Salinas criticó la aplicación del agravante vinculo. “El tribunal, al momento de sentenciar, sostuvo que entre Luciana Teresita Bustos y Marcelo Amarfil había una relación de pareja. Pero esta sentencia se basa en una interpretación indebida”, planteó.
La defensora explicó que el fallo se apoya en tres elementos: el lenguaje afectivo, la frecuencia de las visitas y algunos testimonios sobre una supuesta evolución de la relación. “Es cierto, como bien lo manifestó el doctor Médici, que existía un diálogo permanente y que se usaba un lenguaje afectuoso. Pero esta defensa acreditó que Bustos utilizaba el mismo lenguaje con otros amigos”, aclaró.
Respecto de la frecuencia, señaló que “Luciana ayudó muchas veces económicamente a Marcelo, que estaba desempleado y sostenía a su madre. Ese fue uno de los motivos de su depresión”.
El fallo también consideró testimonios que hablaban de una relación abierta que luego se habría tornado más seria. Sin embargo, Salinas lo descartó: “No hay un solo indicio que indique que hubo más que una amistad. Es verdad que se conocen hace mucho tiempo, pero no tenían un proyecto de vida en común ni intimidad”.
Finalmente, fue contundente: “Luciana Bustos es lesbiana desde siempre, aunque se tome como referencia su definición desde los 16 años”.
La desestimación del agravante de alevosía
Para la fiscalía, el fallo también debe analizarse en torno a las pruebas materiales recolectadas. Médici recordó que “se secuestraron las muñequeras color marrón y también un antifaz, ambos con material genético del occiso. Esta fiscalía entiende que los tenía puestos en el momento del hecho”.
En esa línea, explicó que dichos elementos demuestran una situación de vulnerabilidad: “Queremos que quede claro por qué creemos que Marcelo Amarfil estaba en un estado de indefensión”.
El fiscal detalló además las lesiones halladas en las pericias. “Bustos tiene una mordedura en el antebrazo derecho, mientras que Amarfil presenta una lesión en la mano izquierda, en el dedo índice, al intentar retener un cuchillo o un arma blanca. De haber tenido la vista descubierta y sus manos libres en el momento de la agresión, Luciana Bustos tendría más lesiones. Sin embargo, solo presenta un eritema en la zona axilar y cervical”, explicó.
Con esos argumentos, la fiscalía reafirmó que el escenario del hecho muestra que Amarfil fue atacado en condiciones de indefensión pese a que el tribunal del juicio no lo consideró así.