Este viernes, Ariel Omar Pérez, conocido como “El Guascazo”, fue condenado a prisión perpetua por homicidio agravado por el vínculo, por violencia de género y por alevosía, tras un juicio abreviado cargado de exabruptos e interrupciones. Su hija, Melina Gómez, expresó que la condena “es un alivio para la familia”.
“No cambia nada porque a mi mamá nadie me la va a devolver, pero saber que se hizo justicia me da la tranquilidad de que ella va a descansar en paz”, dijo en contacto con Diario La Provincia SJ. En este sentido agregó: “Imaginate si no vamos a gritar justicia para que metan preso a una persona así”.
Respecto de la conducta del condenado —que incluso llegó a tocarse sus partes íntimas frente a las cámaras— sostuvo que no le sorprende: “Nosotros ya lo conocíamos totalmente, ya sabemos cómo se maneja y es así tal cual se muestra”, señaló.
En la misma línea expresó: “No cambia, no lo va a hacer, se va a manejar toda la vida así, ha quedado más que demostrado. Es muchísimo dolor. Ahí te das cuenta de que se muestra como lo que siempre fue: un boludo. Se merece la perpetua porque otra cosa no hay”.
En contacto con la prensa, la joven insistió en que la conducta violenta de Pérez era persistente y de larga data: “Él intentó matar a la madre de sus hijos”.
“Siempre que había una reunión, aunque fuera para tomar mate, tenía que resaltar su machismo”, recordó. Y agregó: “Cuando salíamos a la plaza con los chicos, él nos estaba grabando y le decía: ‘Mirá con quién estoy’. A una mujer, cuando se meten con sus hijos, hace lo que sea”.
El recuerdo de Yanina: “Fuerte y valiosa”
Melina también dedicó unas palabras al recuerdo de su madre: “Una mujer muy bondadosa, muy luchadora. Lo dije siempre, aun estando ella. El corazón que tuvo era muy bueno, era muy solidaria”.
La joven destacó que “el pilar más importante era ella” y recordó con cariño una de las costumbres familiares: “Siempre nos hacía chocolate para el Día del Niño, incluso siendo grandes. Era hermoso, único. No sabés cómo lo extrañamos. Ella nos decía: ‘Ya están grandes, pero siempre van a ser mis niños’. Somos cuatro hermanos y lo compartíamos con mis tíos, abuelos y primos”.
Finalmente, la definió en dos palabras que sintetizan su legado: “Fuerte y valiosa”.