El Centro Integral de Seguridad y Emergencias (CISEM) de San Juan recibe una cantidad impactante de llamadas todos los días. Desde siniestros viales, robos y pedidos de asistencia médica o contención psicológica, hasta bromas y amenazas de bomba. Así lo confirmó Federico Balaguer, jefe del CISEM, quien aseguró que el número de contactos diarios supera ampliamente los mil llamados, dependiendo del día.
“Estamos recibiendo entre 1.500 y 1.800 llamadas a 2.500, depende del día de la semana, pero más o menos un promedio entre 1.800 y 2.500 por día”, explicó Balaguer a Diario La Provincia SJ. A pesar de lo que muchos creen, la mayoría de estas llamadas son reales y urgentes, y el sistema está preparado para actuar de inmediato. “La mayoría son reales. Se ha logrado a través de la geoposición que veamos el teléfono. Nosotros con eso y ante una amenaza de bomba podemos judicializarlo”, añadió.
Uno de los focos más delicados actualmente es el incremento de amenazas de bomba, particularmente en escuelas. “Lo que más tenemos, que se ha vuelto a poner en auge, es el llamado de amenaza de bomba. Los chicos advierten de que sí o sí estamos obligados a disparar el protocolo”, señaló Balaguer. La mayoría de estos llamados son anónimos y provienen de jóvenes que simulan alertas desde centros educativos. Sin embargo, gracias al trabajo coordinado con la fiscalía, varios casos fueron resueltos y judicializados.
“Lo que es amenazas de bomba en el Centro Cívico y hospitales, por ahora ya no estamos teniendo porque los pudimos judicializar. Se logró la individualización de la persona que realizó el llamado y fue puesta a disposición de la justicia”, explicó el jefe del CISEM. En contraste, las amenazas escolares continúan y obligan a activar protocolos que involucran evacuaciones, revisiones y múltiples recursos.
Por otro lado, también se reciben llamadas que no son de emergencia pero que no pueden ser ignoradas, como las que provienen de personas con problemas de salud mental. “Hay gente que tiene problemas psicológicos, que por ahí llaman o que están solas o que tienen miedo. Son contenidas por nuestro gabinete psicológico. Aunque parezca un poco raro, hay gente que de verdad está muy sola y por ahí llama al 911”, comentó Balaguer, destacando el costado humano del sistema.
Finalmente, si bien las llamadas falsas han disminuido, aún persisten algunas que solo buscan molestar. “La llamada que no es emergencia es la que te llaman y cuelgan, o llaman, insultan o hacen una broma. Eso no lo judicializamos, pero lo único que hace es desgastar al sistema”, concluyó.