La investigación por el homicidio de Milagros Riveros Gutiérrez, asesinada por un balazo en Santa Lucía en la madrugada del 26 de diciembre de 2024, da un paso más. Es que, tras el examen mental del único imputado, Leonardo Ezequiel Tello, ex pareja de la madre de la pequeña, el Ministerio Público Fiscal comenzó con las pericias balísticas sobre el arma y las 21 vainas encontradas en la casa de la víctima y a lo largo de varias cuadras, las cuales habría estado disparando desde varias horas antes del hecho.
Milagros fue auxiliada por su hermano de 10 años, quien la llevó en brazos hasta la intersección de calles Necochea y Juan José Paso, con la idea de llevarla hasta el puesto policial cercano. Allí fue donde personal de salud y policial asistió a la menor, que terminó falleciendo por un proyectil que le perforó el intestino, el estómago y quedó alojado en la columna. Tello había asumido la responsabilidad del hecho en una declaración intempestiva que hizo ante el juez de garantías, Eugenio Maximiliano Barberá, sus defensores Claudio Vera y Alejandra Iragorrea, y los fiscales Francisco Micheltorena y Emiliano Pugliese, además de periodistas presentes.
Según manifestó, no había tenido la intención de herir a la menor, y la detonación se produjo cuando limpiaba el arma que había “comprado dos horas antes”. A este material se le realizó una prueba genética a fin de confirmar fehacientemente que Tello la manipuló; además, se trabajó con dactiloscopia para levantar alguna posible huella dactilar y se pasaron a las pruebas de balística. “Se va trabajando así porque los reactivos que utiliza el perito en papiloscopia son degradantes en muestras de ADN y perjudican la muestra”, dijo el fiscal Emiliano Pugliese a Diario La Provincia SJ.

Se trata de una pistola calibre 9 mm, cartucho .22 y unas 21 vainas servidas, además de una bala que quedó en uno de los alveolos del tambor. Pasó todo a manos de balística, donde se realizó una prueba integral: balística interior, balística exterior, balística de efecto y balística comparativa. “La balística interior va a trabajar sobre el funcionamiento del arma, la aptitud para el disparo, si funciona el mecanismo de seguridad, si tiene adaptada alguna modificación”, dijo Pugliese y agregó, “lo que es balística comparativa es ver si las vainas que se secuestraron se corresponden con el arma, si habían sido disparadas por esa arma de fuego”.
En este sentido, agregó que “la comparativa, una de las más importantes, es si el plomo que se extrajo del cuerpo de la menor en la autopsia guarda correspondencia con el calibre 22 y, llegado el caso, si se puede establecer compatibilidad con la vaina que estaba en el interior”.
La balística de efecto es en el plano corporal, basándose en la autopsia, “establece un proyectil intracorpóreo del proyectil que había perforado el estómago, el intestino y se alojó en la columna”. Y la balística exterior estudia el ángulo de disparo y distancia, que según sugiere la evidencia, no fue desde muy cerca. “Hay relatos de testigos que son coincidentes, pero es importante saber específicamente el ángulo del disparo. Hay elementos de indicio balístico concretos, al igual que lo ha arrojado el forense, que la diferencia de entrada tiene ciertas particularidades que no serían propias de un disparo cercano o a ‘boca de jarro’”, dijo el entrevistado.
Estudio mental al imputado
El examen mental obligatorio, igual para todos los casos que enfrentan una pena de más de 10 años, arrojó que Tello entiende la criminalidad del acto, puede dirigir sus acciones, entiende el delito que se le atribuye y que no tiene ninguna alteración morbosa de la personalidad. “A los fines que nos interesan, es una persona punible”, señaló el fiscal. La evaluación también consistió en una encuesta socioambiental, que se hizo muy “complicada” porque los familiares se mudaron de domicilio, y cuyos cuestionamientos a los vecinos revelarían una conducta conflictiva. “El concepto vecinal de Tello es pésimo, todos los vecinos le tenían miedo”, remarcó Pugliese.
Finalmente, hizo referencia al material fílmico de una cámara en la intersección de calles donde Milagros fue asistida por profesionales médicos. “Queda justo ahí donde se puede ver claramente cómo llega el hermano y los policías de la motorizada que quedan al frente. Toda esa secuencia está bien captada y definida con ese registro fílmico”, cerró.