Pasaron tres años y medio desde que el represor Jorge Antonio Olivera fue condenado por la justicia sanjuanina a cumplir 25 años de prisión por cometer crímenes de lesa humanidad en esta provincia durante la dictadura militar. Sin embargo de esos tres años y medio solo cumplió 20 días tras las rejas porque el resto estuvo prófugo, hasta este lunes. Es que el dictador, pese a las múltiples hipótesis que circulaban con respecto a la posibilidad de que estuviera vivienda fuera del país, fue detenido en la casa de su ex mujer.
Según publicó TN, la detención se pudo concretar gracias a que los teléfonos fueron intervenidos, en el último tiempo, por pedido del fiscal Franco Picardi. Además se hizo seguimientos de mails de su círculo íntimo y a partir de ahí cayó la sospecha de la justicia sobre su exmujer que fue vista como posible cómplice. Y no se equivocaron.
Tras un allanamiento en la casa de la ex mujer en San Isidro, se pudo dar con Olivera que estaba escondido en un auto que estaba dentro del garage. Efectivamente, su exmujer había estado ayudando en la fuga.
El represor Jorge Antonio Olivera estaba prófugo desde 2013, cuando se fugó del Hospital Militar, cuando era trasladado para hacerse controles médicos. Junto a él se había fugado Gustavo De Marchi, condenado a perpetua por los mismos delitos pero que fue recapturado en diciembre de 2015. El ministerio de Justicia y Derechos Humanos había ofrecido una recompensa de 100 mil pesos para quien aporte datos fehacientes para recapturar al militar.