Este domingo 3 de agosto se cumplen cinco años del crimen de Antonio “Manolo” Muñoz, un hecho que conmovió al departamento Pocito en plena pandemia de COVID-19. El hombre, de 70 años, fue hallado sin vida en su vivienda de calle Salvador María del Carril, entre Libertad y Rosas, en la villa Paolini, con evidentes signos de violencia. La autopsia determinó que falleció por un fuerte traumatismo de cráneo producto de un golpe en la cabeza.

Muñoz, reconocido en la zona por su trabajo en la compra y venta de autos y por ser dueño de propiedades en alquiler, fue encontrado muerto por una amiga que fue a visitarlo al no tener noticias de él. La escena revelaba que el hombre había intentado defenderse: sus manos presentaban lesiones compatibles con un forcejeo. En un principio, la hipótesis fue la de un intento de robo, del cual la víctima habría intentado resistirse.

El crimen de Muñoz dejó a toda una comunidad conmocionada.

Sin embargo, con el avance de la investigación, surgieron nuevos datos que cambiaron el rumbo del caso. El principal sospechoso resultó ser Alberto Riveros, un inquilino de la víctima con quien habría tenido problemas previos por cuestiones de pago. Finalmente, Riveros confesó el crimen y aceptó un acuerdo con la Justicia por el delito de Homicidio Simple, lo que derivó en una condena de 12 años de prisión.

La condena fue homologada por el tribunal conformado por los jueces Maximiliano Blejman, Silvina Rosso de Balanza y Juan Bautista Bueno, dando así cierre judicial a un caso que había generado conmoción en una comunidad ya golpeada por las restricciones sanitarias y el aislamiento del 2020.

Hoy, la memoria de “Manolo” Muñoz permanece viva en quienes lo conocieron como un hombre trabajador, de perfil bajo y comprometido con su actividad comercial en Pocito.