Tiene 20 años y de la mano de su destreza y talento con la metalurgia ha conseguido el reconocimiento de sus pares. Pero sobre todo ha conseguido un lugar inimaginado hace unos meses. Ana Díaz es una de las 19 candidatas departamentales de San Juan al premio “Emprendedora del Sol“, auspiciado por la empresa Veladero.
La joven representa a Sarmiento de la mano de su emprendimiento familiar, El Gran Soldador. Junto a ella está su hermana Guadalupe quien están llevando adelante una tradición metalúrgica que comenzó hace 15 años de la mano de su padre, Marcelo.
La historia de El Gran Soldador se remonta a cuando Ana tenía solo cinco años de edad. Marcelo fabricó unas camitas para ella y su hermana, que rápidamente despertaron el interés de los vecinos. “Tenía una máquina de soldar y con un par de caños hizo las camas. Luego las pintó y las puso a secar en el patio de la casa. Justo pasaron unos vecinos y les gustaron. Les preguntaron si las vendían y así empezó todo”, recordó entre risas a Diario La Provincia SJ.
Empezó con eso, y con el tiempo, se fueron sumando más pedidos. Tiempo después un cliente les pidió 100 sillas, y ahí todo comenzó a girar. “Él confió en nosotros y nos dio la plata para empezar. Después de eso, todo empezó a girar. Ya había como una rueda armada. Entonces, fuimos profesionalizando más, comprándonos ciertas herramientas más modernas”, destacó.
De la mano del crecimiento de la empresa, Ana fue creciendo y mirando a su padre cómo trabajaba. “Siempre he sido muy fanática de la metalurgia. Me copaba mucho desde chica la idea de tener una empresa. Y siempre fui muy fanática del emprendimiento. Todo lo que mi papá hacía para mí era fabuloso”, destacó y subrayó: “todo lo que él iba aprendiendo nos iba enseñando. Desde que tengo 7 años, agarro una moladora, siempre con los cuidados necesarios, por ahí trabajar con madera, un taladro. A mí siempre me gustó muchísimo”.
La pandemia presentó un gran reto para el emprendimiento, poniendo en pausa la producción. Sin embargo, un golpe de suerte cambió su rumbo: “Un cliente nos pidió 200 sillas y confió en nosotros. Trabajamos todos juntos como familia y eso nos dio un nuevo impulso“. Aunque su padre ahora está abocado a otro trabajo, continúa brindando apoyo y asesoramiento a sus hijas en el taller.
Con la firme convicción de empoderar a las mujeres en el ámbito de la metalurgia, Ana aspira a instruir a más chicas en este campo, tradicionalmente masculino. “Uno de nuestros objetivos es tener mi equipo copado de mujeres, instruir a la mujer en la metalúrgica, que es un campo totalmente desconocido para nosotras. Sobre todo acá en mi pueblo que está muy limitado en lo que podés trabajar. Si no es en el parral, es por ahí limpiando casas o acá está la carrera de profesorado de Nivel Inicial, pero no a todos nos gusta eso”, destacó.
RECONOCIMIENTO Y NUEVAS OPORTUNIDADES
El reconocimiento como candidata a Emprendedora del Sol ha cambiado la dinámica del negocio. “Hemos recibido muchísimos clientes y empresas que se han comunicado con nosotros. No hay muchas mujeres metalúrgicas, así que esto ha sido un gran impulso”, dice Ana con entusiasmo. El apoyo de la comunidad ha sido notable, desafiando las expectativas sobre el rol de la mujer en la metalurgia.
Su madre, quien fue clave en la decisión de que Ana se presentara al concurso, se emocionó al enterarse de que habían sido seleccionadas. “Fue un momento muy especial para todos nosotros. La presentación la hicimos juntas, y cuando nos enteramos de que habíamos ganado, mi mamá me llamó llorando de alegría”, recordó Ana.
A medida que avanza este camino, Ana Díaz se muestra decidida a seguir creciendo junto a El Gran Soldador. “Aunque me gustaría explorar nuevas oportunidades, mi compromiso está con mi empresa y con fomentar el papel de las mujeres en la metalurgia”, concluyó.