Con el objetivo de sembrar conciencia desde los primeros años, los niños del Jardín ENI N°8 “Quinoa” de San Juan llevaron adelante un proyecto educativo centrado en el cuidado responsable de los animales y la importancia de respetar la vida de todos los seres vivos.

“La propuesta surgió de la necesidad de fomentar en los más pequeños el conocimiento y la toma de conciencia sobre el cuidado responsable de las mascotas. También buscamos reforzar en los adultos el compromiso con el respeto hacia los animales y su derecho a una vida digna”, explicaron las docentes Vanesa Ogaz, y Ayelén  Narváez,  impulsoras de la iniciativa que contó con el respaldo de la directora Carina Clavel y la vicedirectora Daniela Solís.

Los pequeños hicieron una promesa de cuidar a todos los animales.

 

Inicialmente, el proyecto contemplaba que los alumnos pudieran visitar una veterinaria o un refugio para observar de cerca el trabajo de cuidado animal. Sin embargo, por cuestiones logísticas y para resguardar la sensibilidad de los niños ante posibles situaciones impactantes, se replanteó la actividad y se optó por colaborar directamente con animales en situación de calle.

Los niños con sus docentes colocaron comederos en la plaza para los animales de la calle. Y dejaron alimento y agua.

Así, los chicos realizaron dramatizaciones sobre el funcionamiento de una veterinaria, la higiene de las mascotas y los cuidados que requieren. Además, fabricaron y decoraron comederos que luego fueron colocados en una plaza cercana a la institución, ofreciendo agua y alimento a los animales que deambulan por la zona.

También repartieron folletos para conocer del cuidado de las mascotas.

Como parte de la campaña de concientización, también distribuyeron folletos informativos destinados a las familias y a la comunidad, resaltando la importancia de la esterilización para evitar la sobrepoblación de animales y el abandono.

Las donaciones recolectadas serán entregadas a la Fundación Huellitas en el Camino, ubicada en Rivadavia, que trabaja en el rescate y cuidado de animales en situación de vulnerabilidad.

Los niños recaudan donaciones para una fundación de proteccionistas.

“La participación activa de los niños generó un impacto altamente positivo. A través del juego y la experiencia directa, lograron incorporar de manera espontánea valiosos aprendizajes. Además, contamos con el acompañamiento entusiasta de las familias y todo el equipo del jardín”, destacó Ogaz.