Con la llegada de agosto, la tradición de beber caña con ruda vuelve a cobrar protagonismo en San Juan.
Cada primer día del mes, los sanjuaninos cumplen el ritual ancestral que consiste en beber uno, tres o siete sorbos de esta mezcla de caña de azúcar y ruda macho en ayunas. Es una creencia, heredada de los pueblos originarios y reforzada durante la colonia, apunta a proteger el cuerpo de enfermedades, ahuyentar las malas energías y agradecer a la madre tierra.
Esta costumbre, que combina espiritualidad y raíces culturales, también impulsa un pequeño circuito económico: emprendedores locales elaboran y venden la bebida en frascos y botellas con presentaciones artesanales. Pueden convertirse en un regalo especial o en parte de los altares de agradecimiento a la Pachamama.
Cintia Cortez: del hobby al crecimiento sostenido
Cintia Cortez recuerda que hace cuatro años decidió preparar caña con ruda “para vender un poco” y sumar un toque artesanal a cada frasco. Ella se dedica artesanías utilizando productos reciclados.
Comenzó con apenas 50 unidades en envases pequeños con tapita de corcho, pero el boca en boca y las entrevistas en medios locales ayudaron a que la producción creciera de manera sostenida: “El primer año fueron 50, el segundo 150, el tercero 300 y ahora 500 frascos. Cada temporada hay más demanda porque la gente se va animando y entendiendo el significado real del ritual”, explica.
Contó que se animó a hacer un producto con un toque artesanal que a la gente le gusta y le atrae.
Para Cintia, más allá de la venta, lo importante es transmitir el sentido cultural: “Muchos lo ven como algo exotérico o raro, pero yo lo presento como un agradecimiento a la madre tierra. El 1° de agosto se agradece a la madre tierra se le brinda lo que cultivaste o simplemente lo que tenés en casa: una planta, granos, alimentos. Se le agradece y se le convidan los sorbitos”
“Es una tradición de nuestros aborígenes que se fue perfeccionando con el tiempo y no debería perderse. Yo le digo a la gente se puede tomar para pasar el mes de agosto con mejores energías porque es una época de vientos”, añadió.
Su emprendimiento se llama Piuambar y pueden comunicarse al 2644635118.
Silvina Gómez : tradición en pandemia y expansión por redes
Silvina Gómez encontró en la caña con ruda una salida laboral durante la pandemia de 2020. Alentada por sus hermanos empezó a elaborar pequeñas botellas que ofrecía por redes sociales.
“La gente me empezó a contactar y la demanda creció de boca en boca. Hoy llegan pedidos de distintos departamentos como Chimbas, Santa Lucía o Sarmiento”, relata.
La emprendedora trabaja con botellitas de 25 centímetros cúbicos y explica el proceso: “Se compra caña al 34% de tenor alcohólico y se mezcla con ruda macho, que es la que tiene hoja más gruesa y alargada y aporta mayor sabor. Después se envasa y se decora con moños o bolsitas según el pedido del cliente”.
En cuanto a precios e insumos, Silvina admite que los costos aumentaron notablemente: “Hace un par de años un frasquito costaba 300 o 400 pesos y hoy ronda los 950. El gasto más grande es en packaging y corchos”.
Para comunicarse con Silvana Gómez deben llamar al 264 624-7672
Un ritual que se mantiene vigente
La caña con ruda se toma en ayunas, con uno, tres o siete sorbos, según la tradición que hayan implementado. El primer trago se ofrece a la Pachamama y el resto se bebe para atraer buena energía y salud.
Cada botellita hoy se consigue entre los $3.500 y 4.000. Y se ofrecen promociones si se compran en cantidad.
Aunque algunos lo practican solo por costumbre, para otros es un momento de conexión con la naturaleza y de renovación espiritual. “Más allá de si creés o no, es un gesto de agradecimiento y de empezar el mes con mejores energías”, resume Cintia.
En San Juan, esta tradición impulsa a emprendedores a crear productos únicos, promueve el consumo local y refuerza una práctica ancestral que sigue viva en la memoria colectiva.