Rosario Jiménez, vive en el Jarillal, en Las Flores. Desde hace varios años prepara dulce de membrillo para vender bajo su marca “La Charo”.  Y cuando se enteró que Facundo Arana estaba en el departamento, no dudo en tomarse unas horas para llevarle sus bombones como  regalo especial. Y fue muy bien recompensada porque el actor publicó el regalo en sus redes a modo de agradecimiento. 

Le hicieron una nota en la radio y dijo que él iba a estar a las siete de la tarde en Villa Iglesia. Vino mi prima y le digo yo, ¿por qué no vamos a verlo a Facundo Arana? Y me dicen, bueno, si yo tengo que ir hasta la farmacia y de ahí voy, ahí vamos. Le llevé unos bomboncitos y Facundo nos recibió muy bien el chico”, contó a Diario La Provincia SJ, Rosario.

Lo vi, lo saludé, le di los bomboncitos y le dije que eran míos, artesanales. Y me dice, ´espérate que le saco la foto, que salga el logo´. Y me decía, abrázame fuerte, abrázame fuerte”, relató entre risas la mujer.

Es una persona muy amable, un chico muy humilde, muy bien. Llegó mucha gente a verlo y él saludaba a todos“, comentó. 

“Siempre veo, veo cosas de él. Es igual a como sale en la tele. Todas las mujeres hemos estado revolucionadas”, añadió.

Un emprendimiento que sigue las raíces familiares

Charo vende sus dulces artesanales en su casa. Y su receta es tan buscada que también los prepara para que los comercialice la firma Fecoagro. Sus productos son destacados y en 2022 recibió una mención especial en el Concurso de Membrillo Rubio que realizó la provincia. 

La receta la heredó de su madre Evangelina Carbajal.  “Empecé a hacer los dulces caseros porque mi mamá tenía la costumbre. Ahora preparo dulce membrillo en pan, bomboncitos de membrillo y mermelada”, contó.  

Como sus productos son caseros, les puso como sello su apodo, como la conocen todos en el pueblo “La Charo”. Es que además de usar la receta de su mamá, ella usa los membrillos que cultiva en su casa y los que le trae su cuñado. ” “Yo voy cortando el membrillo y lo voy haciendo al dulce. Ya después cuando, ya cuando no hay membrillo yo ya no lo hago”, dijo. 

“Con las ventas me va bien, es más me faltan. Pero yo solo vendo en mi casa”, agregó. “Les vendo mucho a los turistas y a la gente de acá del pueblo”, contó.

 

Creo que con los otros dulces que he visto, nos diferencia el tiempo del cocimiento, porque hay gente que lo cocina más.  Yo lo lavo al membrillo, lo cocino poquito, lo hiervo poquito. Cuando ya larga el hervor lo saco, cinco minutos lo saco y ya lo pongo a enfriar para, para seguir preparándolo”, reveló Charo como uno de sus secretos.