En San Juan, la problemática de los consumos problemáticos continúa generando preocupación, tanto en la sociedad como entre las autoridades y organizaciones que buscan hacer frente a la creciente demanda de apoyo. En este contexto, la Comunidad Fuego, un voluntariado local, está trabajando incansablemente para acompañar a las personas y familias afectadas por las adicciones.

Rodrigo Robles, sacerdote y referente de la Comunidad Fuego, habló con los micrófonos de Radio Sarmiento sobre el trabajo que vienen realizando en la provincia. “Comenzamos con una asociación civil a acompañar a chicos y a las familias”, indicó el referente. Según Robles, su labor está centrada en brindar contención, ayuda y rehabilitación a quienes sufren de adicciones a las drogas y otras conductas adictivas.

En cuanto a la situación actual, el sacerdote expresó su preocupación por la falta de adhesión al tratamiento por parte de muchas personas. “Por semana tenemos más de 10 entrevistas, pero hay una falta de constancia. Vemos ese deterioro en la familia que no tiene las herramientas para acompañar”, señaló Robles, al tiempo que destacó que la demanda de ayuda está en aumento. “No pasa un día sin que reciba llamados o mensajes pidiendo ayuda. Ha crecido muchísimo”, explicó.

Uno de los aspectos más alarmantes, según el referente, es el cambio en los hábitos de consumo, especialmente en lo que respecta a la marihuana. “La marihuana hace rato que ya se está consumiendo y socialmente está aceptada, no solo es el alcohol”, afirmó. Sin embargo, Robles también subrayó que la cocaína sigue siendo la droga más preocupante. “La cocaína sigue siendo la más consumida, y creció un 200% el dato que arroja la Pastoral de Adicciones”, advirtió.

Robles también destacó que la problemática de las adicciones no discrimina entre clases sociales. “No diferencia clases sociales, atraviesa a todos los estratos sociales”, manifestó, haciendo énfasis en la universalidad del problema. Asimismo, agradeció el apoyo del Ministerio de Salud de la provincia, que ha sido un aliado fundamental en la lucha contra las adicciones. “Nos ayudaron siempre, pero es cierto que esto creció mucho y nos desborda”, reconoció.

Uno de los aspectos más alarmantes es la baja de la edad de consumo, lo que ha sido observado en casos de chicos de tan solo 11 años. “Nosotros tenemos conocimiento de casos de chicos de 11 años”, destacó Robles, subrayando la necesidad urgente de intensificar los esfuerzos en prevención y tratamiento.