Bajo el impulso de la empatía, la solidaridad y la necesidad de contar su realidad, en 2021 comenzó a gestarse en San Juan el grupo Baja Visión San Juan, una iniciativa que reúne a personas que conviven con distintas patologías visuales como glaucoma, retinopatía diabética, retinosis pigmentaria y miopía magna, entre otras.
Natalia Robledo presidente de baja visión San Juan contó a Diario La Provincia SJ, que actualmente el grupo está conformado por 20 personas y que, aunque aún no tienen personería jurídica, ya dieron los primeros pasos hacia la conformación de una asociación civil. “Sabemos que si logramos ese reconocimiento, podremos acceder a beneficios y apoyos que hoy no tenemos. Por eso formamos una comisión directiva y trabajamos organizando encuentros y actividades para todos los miembros”, expresó.
La semilla de esta red de contención la plantó Paolo Muñoz, fundador del grupo, quien en septiembre de 2020 tuvo un gesto que marcaría el inicio de todo.
El 26 de ese mes, Día del Bastón Verde, le obsequió un bastón a otra persona con baja visión en plena Plaza 25 de Mayo. Ese acto simbólico encendió la idea de visibilizar esta condición, difundir el uso del bastón verde y la chapa distintiva, herramientas fundamentales para alertar a la sociedad sobre la posible necesidad de asistencia.
“Muchas veces no se nota que una persona tiene baja visión. Usar el bastón o la chapa nos permite diferenciarnos y también ayudar a que otros nos ayuden. Pero otro objetivo igual de importante es la contención: notamos que hay muchas personas que se sienten solas, se aíslan o creen que no pueden hacer cosas, y buscamos acompañarlas para que logren la mayor autonomía posible”, explicó Natalia.
Desde sus inicios, que fueron virtuales a través de WhatsApp durante la pandemia, Baja Visión San Juan ha promovido proyectos y espacios de encuentro. Uno de los más valorados es el club de lectura “Ratones de Biblioteca”, fundado por Virginia Ponce, además de un taller de música, que a veces es coordinado por un profesor con baja visión.
También han logrado organizar charlas de concientización en municipios como Capital y Rivadavia, y en distintas escuelas, con el apoyo de instituciones que les brindan espacios. “Eso nos ayuda mucho, porque es una puerta que se abre hacia otra parte de la sociedad y nos permite informar sobre cómo ayudarnos y entendernos”, destacó Natalia.
Nos invitaron a una visita táctil y luego a la función de Pinoccio en el teatro del Bicentenario.
Una de las actividades más simbólicas del grupo fue la organización del club de lectura en la histórica Casa de Sarmiento, lo que refleja el crecimiento y el impacto de la iniciativa.
“El camino no es fácil, pero sentimos que vamos avanzando. La baja visión necesita referentes, y nosotros queremos ser ese puente para llegar a más personas”, cerró Natalia, con la convicción de que la información, la empatía y la unión pueden transformar realidades.
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