San Juan fue centro de un debate sobre la exhibición y la restitución de cuerpos momificados. Y estuvo centrado precisamente en el hallazgo que dio origen al Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo Mariano Gambier, que celebra 60 años de existencia contando la historia más antigua de la provincia.
Se trata de la Momia del Cerro del Toro. Fue en 1964 cuando los andinistas Antonio Beorchia Nigris y Erico Groch hallaron un cuerpo momificado de época incaica en la cumbre del cerro ubicado en Iglesia. Desde entonces estuvo a resguardo del Insituto que nació especialmente con ese fin. Pero en los últimos años hubo reclamos de pueblos originarios de San Juan para que la momia sea devuelta. ¿Qué pasó?
Claudia Mallea, directora del Museo Gambier, aseguró a Diario La Provincia SJ que los restos humanos prehispánicos —incluyendo la reconocida momia del Cerro del Toro— continúan bajo custodia científica del organismo. Y destacó que se están manteniendo todos los protocolos de conservación que el museo aplica hace décadas. Actualmente el Museo está instalado en el complejo de la ex Superiora donde se cumplen condiciones óptimas para mantener los cuerpos.
“No se trata de una curiosidad morbosa”, expresó Mallea. “Pero hay una profunda vocación de las escuelas, docentes y turistas por conocer cómo eran nuestros antepasados, con el respeto que se merecen”.
Se decidió que las momias fueran retiradas de exhibición por pedido del rectorado de la UNSJ, ante la presión de los grupos que exigen su restitución. Sin embargo, Mallea aclaró que esas comunidades no son descendientes directos de las etnias a las que pertenecen los cuerpos. Y en torno a este reclamo habría un impedimento inicial.
“La provincia de San Juan no adhirió a la ley nacional de restitución de restos humanos, porque consideró que no era necesario”, afirmó. Por lo tanto, los cuerpos siguen bajo la órbita del museo y de la Provincia.
Además, Mallea reveló que existen diferencias entre las propias comunidades: mientras algunas exigen la restitución, otras —como en Angualasto y Calingasta— expresaron su voluntad de conservar y exhibir estos restos en museos locales como forma de honrar su herencia ancestral.
Un dato no menor que remarcó la directora es que los reclamos se centran únicamente en los cuerpos del Instituto de Investigaciones Arqueológicas, y no incluyen los que se encuentran en museos departamentales.
Mallea aclaró que la momia del Cerro del Toro, se conserva en perfecto estado gracias al riguroso trabajo del personal técnico: se monitorean temperaturas y humedad tres veces por día, replicando el microclima en que fue encontrada.
“Nosotros cumplimos la ley: investigar, conservar y resguardar”, concluyó Mallea, dejando en claro que el futuro de estos cuerpos dependerá de decisiones legislativas y de consensos.