En tiempos donde la empatía parece escasa y el contacto humano se volvió distante, Daniela Illanes eligió convertir su lucha en una herramienta para sanar y acompañar a otros. Sanjuanina, paciente oncológica, terapeuta holística y actual Lady Cultura Continental Argentina, Daniela llevará adelante este domingo un nuevo experimento social en el Paseo Cultural de Plaza Desamparados.
La sanjuanina se ubicará con carteles y pequeñas tarjetas que contienen frases motivacionales. Algunas fueron escritas desde sus propias vivencias, otras están inspiradas en pasajes bíblicos, todas con un mismo objetivo: motivar, abrazar desde las palabras y tender un puente emocional con quienes enfrentan días grises.
“Entregaré una tarjetita con palabras motivacionales que me ayudaron día a día como paciente oncológica, como profesional, para impulsar la salud mental que es tan importante hoy en día”, expresó Daniela en diálogo con Diario La Provincia SJ.
La iniciativa no es aislada ni improvisada. Daniela sostiene que sus acciones nacen de una necesidad interna, pero también del compromiso con su entorno. “Las cosas que hago, los experimentos que hago, son porque yo las necesito. Ayudo mucho desde ese lado. Si no me dan un abrazo, al menos yo puedo darlo para que otras personas también lo reciban. Siempre hago las cosas porque sé que a alguien más le servirían”, afirmó con honestidad.
No se trata solo de una intervención emocional, sino también de un abordaje desde su formación profesional. Como terapeuta holística, Daniela acompaña diariamente a pacientes oncológicas, y conoce de cerca las necesidades emocionales que se despiertan en el camino del cáncer. Por eso, este tipo de propuestas tienen una dimensión terapéutica: “No hago estos experimentos por gusto, lo hago desde mi rol profesional. Estoy evaluando muchas cosas”.
La acción que concretará en los próximos días no será la única. Daniela planea llevar su propuesta a ferias locales y más adelante a La Peatonal en Capital. Su compromiso con los emprendedores es profundo: “Tengo un compromiso muy grande con los feriantes porque sé lo que significa su trabajo. Quiero trabajar con ellos”, explica.
Además, sostiene que en cualquier momento del día y en cualquier rincón de la ciudad, alguien puede necesitar una palabra que lo motive. “Sé que siempre nos viene bien una frase. Quiero hacer un pequeño cambio, todos lo necesitamos. No quiero quedarme sin hacer nada. Desde mi profesión, veo muchos casos complejos. Siempre trabajo mucho en lo que es la salud mental, y creo que todas esas pequeñas cosas contribuyen. Ayudar al otro también es una forma de ayudarse uno mismo”, sostuvo.
Una reina que acciona
Aunque Daniela lleva el título de reina nacional, tiene muy claro que su rol va más allá de la banda y la corona. Para ella, representar es comprometerse: “No puedo quedarme de brazos cruzados y andar por ahí con la banda y sacarme fotos. Si estuve en ese certamen fue con un mensaje: el de la inclusión, el de seguir concientizando sobre el cáncer de mama”.
“Poder ser reina nacional para mí es accionar, poder ser voz, ayudar, transmitir, sanar, acompañar. Quiero que me vean y reconozcan así. No me voy a quedar quieta. Si me sacan una foto, quiero que vean a esa Daniela: la que hace algo, la que está presente”, sumó.
Con una fe inquebrantable, Daniela también destaca que la espiritualidad es una parte esencial en su vida. “Uno no tiene que perder la esperanza y la fe para poder seguir adelante”, aseguró.
Una experiencia que marcó su vida
La primera vez que Daniela llevó a cabo un experimento social fue en una feria de emprendedores. “Siempre veía rostros tristes y quería cambiar un poco ese panorama”, cuenta. Fue entonces cuando tomó un cartón, una lapicera y escribió: “Abrazos gratis”. Se ubicó en el centro de la feria sin saber exactamente qué pasaría. Lo que sucedió la marcó para siempre.
“Primero comenzaron a acercarse los feriantes. Les mostraba el cartel. Al principio no entendían. Evalué cada reacción y me di cuenta de lo carentes que estamos emocionalmente. No sabes si acercarte. Desde la pandemia perdimos el contacto físico. Ya no está ese abrazo contenedor”, agregó.
El gesto, aunque simple, expuso una verdad profunda. “Una señora me preguntó si era gratis. Estamos tan metidos en la parte económica que ya no lo vemos como un regalo. Es tan necesario el abrazo… y yo, como paciente oncológica, lo necesito. Y muchas veces no lo tengo”.
Para Daniela, el problema no es solo dar, sino también aprender a recibir. “Muchas personas están acostumbradas a dar, pero les cuesta recibir. Por eso también hago esto, desde lo personal”, sumó.
Una acción que nace del alma
Daniela Illanes decidió no quedarse con las manos vacías frente a la vida. Su experiencia con la enfermedad no la detuvo: la transformó. Y esa transformación es la que hoy comparte con cada persona que se cruza en su camino. Con fe, con palabras, con abrazos, con hechos.
En Plaza Desamparados, volverá a demostrar que el compromiso social no se grita, se ejerce. Porque como ella dice: “La vida es demasiado corta para vivir infeliz”, y a veces, una frase en una tarjetita puede ser suficiente para recordárnoslo.
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