En el Parque Nacional El Leoncito se vivió una actividad muy colorida y significativa. Siete instituciones de Calingasta acudieron a cosechar las frutas del manzanar histórico que existe en las instalaciones. Todas con un fin de producción solidario.
El manzanar es uno de los tantos recursos naturales que tiene el parque. Tiene entre 120 y 125 años. Y formó parte de una de las tantas actividades que se desarrollaban en la vieja estancia en Leoncito, antes de ser el que ahora conocemos. Además es un caso único en el país y sobre todo en altura, ya que se encuentra a unos 2 mil metros sobre el nivel del mar.
“Siempre el parque trató de mantener con mucho trabajo, el manzanar histórico. Se destinan muchas horas hombre y nos da satisfacción todos los años, justamente la época de verano, cuando llega la cosecha del fruto”, contó a Diario La Provincia SJ, Ariel Quiroga, intendente del Parque.

Además, recalcó que “todos los trabajos de mantenimiento que hacemos al manzanar histórico, no son para producción de manzana”. “Nosotros lo que hacemos es mantenerlo, hacemos poda, riego, movimiento de terreno, no se le aplican químicos para plagas o insectos, pero sí, lógicamente, al ser una planta y tener su evolución natural, tiene que producir fruto, y esa producción es destinada nada más que al consumo”, añadió.
Años anteriores y cuando hay mucha producción se llevaba a las escuelas, al hogar de ancianos y principalmente a instituciones.
“Hicimos una convocatoria también a instituciones y a grupos como puede ser una cooperativa o emprendedores que hacen dulce y demás, a juntarnos en un día de cosecha y que pudiesen cosechar manzanas, de las que habían”, indicó Quiroga.

“Este año fue atípico por los cambios de temperatura y se adelantó la cosecha. Se cosechó la manzana y cada uno llevó dos, tres cajones para sus emprendimientos, y bueno, y nosotros también cosechamos algo donde también compartimos con los observatorios que siempre nos piden”, relató.
“Participó por ejemplo Cáritas, y también fue el padre a cosechar manzanas para producción de dulces, o sea, la idea fue invitar instituciones, no público particular, porque no queremos que después las manzanas aparecieran vendiéndose”, aclaró.
La actividad arrancó a las ocho y cuarto de la mañana y a las diez y media, once, ya no quedaba nada. “Fueron rápidos los cosechadores”, añadió.
Los cuidados de un lugar único
Todos los cuidados del manzanar que ocupa casi una hectárea del parque se realizan con el personal que trabaja en las instalaciones y se financian con presupuesto propio. “La mayor inversión de financiamiento para ese mantenimiento es principalmente horas hombre. Siempre el agradecimiento es a todo el equipo del parque, porque en mayor o menor medida todos trabajamos en el manzanar durante todo el año”, agregó Quiroga.
Las manzanas del Leoncito eran famosas en el departamento por su sabor. “Es algo casi único en un parque con estas características tener un manzanar de altura, está casi a 2.000 metros sobre el nivel del mar”, detalló.

“El año pasado tuvimos un intercambio a través de la Embajada de Estados Unidos, con gente que hace trabajo de asesoramiento principalmente de aprovechamiento de patrimonios culturales y turísticos de los parques de Estados Unidos. Ellos nos marcaban que era algo icónico para el parque, y en Estados Unidos existe un parque que tiene las mismas características que el nuestro, con un manzanar también, que forma parte del patrimonio cultural de ese parque en ese país”, concluyó.