Entre las cerros que rodean el pintoresco departamento de Zonda, a pocos kilómetros de la ciudad de San Juan, una historia sigue viva en la memoria popular. No es ficción. Es una de esas leyendas transmitidas entre generaciones, contada en fogones, en escuelas y hasta en excursiones turísticas.
La historia habla de un joven humilde que vivía con su madre enferma en una zona rural del Zonda. Una noche de invierno, desesperado por conseguir ayuda médica, emprendió el camino a pie hasta el pueblo más cercano. Nunca volvió. Días después, su cuerpo fue hallado en medio del cerro, cubierto de escarcha, a pocos metros del sendero principal.
Desde entonces, aseguran los lugareños, cada tanto se escuchan sus lamentos entre los cerros. Gritos de angustia, pedidos de auxilio, pasos que resuenan donde nadie camina. Los baqueanos lo llaman simplemente: el alma en pena del Zonda.
¿Mito, advertencia o verdad silenciada?
Lo más inquietante de esta leyenda es que los testimonios no cesan con el correr de los años y décadas. Gente que camina de noche por senderos rurales, trabajadores de viñas, ciclistas o campistas afirman haber sentido una presencia inexplicable.
Aunque no hay registros oficiales, la historia se mantiene viva y forma parte del folklore paranormal sanjuanino, junto a otras leyendas como la dama del cementerio y las luces del Pie de Palo.
Un destino con historia y misterio
Zonda es conocido por sus paisajes, bodegas y actividades al aire libre, pero también guarda secretos entre sus cerros. El turismo rural y el interés creciente por lo místico y lo inexplicable han hecho que estas leyendas ganen protagonismo en redes sociales y visitas guiadas.
Si alguna vez visitás la zona y te encontrás con el silencio absoluto del cerro… escuchá bien. A veces, el viento trae más que aire fresco.