Es un símbolo de la Ciudad de San Juan y muchos recuerdos de la provincia lo tienen como centro de la escena. El Campanil de la Catedral es una torre que se puede apreciar imponente a lo alto y es un ícono arquitectónico por sus singulares características. Hoy luce “bañada” en luces doradas y plateadas con miras a la celebración de la Navidad, lo que lo convierte en uno de los puntos de interés de muchos sanjuaninos y turistas para inmortalizar en una foto.
Pero ¿cuándo se levantó este Campanil?, ¿cómo fue aquella emblemática construcción?
La historia relata que su construcción concluyó casi dos décadas antes de la inauguración de la Catedral San Juan Bautista ubicada en el punto cero de la provincia. La misma está compuesta de tres partes diferenciables. La base cuadrada es un prisma de 5 metros de lado y 33 metros de altura, que está revestido de ladrillo cerámico rojo. Esta parte contiene las escaleras y el ascensor que llevan al mirador de la parte superior. Otra parte del Campanil es la que está superpuesta por encima de la anterior, también de base cuadrada pero de menores dimensiones. Por último, una pirámide. En total, la altura del Campanil es de 51 metros.

En el perfil San Juan Antiguo de facebook compartieron fotos de aquel proceso y explicaron que la construcción del campanil tenía un reloj Big-Ben y un carrillón alemán cuyos sones, cada 15 minutos, solía acompañar la vida cotidiana de la ciudad. El reloj-campanil costó 23.000 marcos alemanes y fue adquirido en 1961 a la firma Wlund Ems de Frankfort, Alemania,
Uno de los técnicos que le hizo mantenimiento por 25 años fue Arnold Bofinger, técnico relojero y propietario de la casa Bofinger. Él se había especializado en Suiza para atender este tipo de relojes.
El carrilón eléctrico acústico tiene 23 tonos, un teclado que abarca varias octavas y cuatro altoparlantes de 20 watts cada uno. El carrillón permitía emitir además de la hora, el himno nacional, el angelus y diversos villancicos.
El campanil está apoyado en una plataforma de travertinos cuadrada que se prolonga hacia el subsuelo hasta conectarse, por un pasaje subterráneo, a la Cripta.

Hoy quienes transitan por calle Mendoza y Rivadavia lo pueden apreciar por su fachada pero también existe la posibilidad de hacer visitas a su interior para apreciar la Ciudad de San Juan desde lo alto y en toda su extensión.
Fotos: San Juan Antiguo (Fotografía del Campanil de San Juan, perteneciente Martina Uriburu Yanzon)