El óxido forma parte de los rieles, sin embargo siguen guiando el destino del tren de carga de San Juan. En su lateral, un número asoma entre las malezas que quieren abrazarlos. 1908 se lee bien marcado con letras que parecen ir “disolviéndose con el tiempo”. Precisamente es el tiempo el que pasa sin permiso y va marcando sus consecuencias. Sin embargo en ese rincón de Cañada Honda, en Sarmiento, se huele un aroma a historia.
Una vieja casona se conserva casi impecable en su fachada. Es blanca, con finas guardas rojas y tiene altas puertas de madera y vidrio que recuerdan “la moda” del XIX. El techo de dos aguas está protegido por uno de chapa que pasa desapercibido a simple vista pero que le permite resistir al paso del tiempo.
Ese lugar supo ser estrella en la época del funcionamiento del ferrocarril que unía San Juan con Buenos Aires. La casona, que supo contener las oficinas y boleterías, tiene dos “frentes” y cada uno mantiene su belleza pero también placas que apelan a la memoria.
“Aquí es Cañada Honda, hace 75 años que monseñor José Américo Orzali, hoy siervo de Dios, celebró su primera misa como obispo de Cuyo. Sus hijas rosarinas y sus obras lo recuerdan”, dice una placa cuya fecha marca 1912 – 1987. Al pie de ésta se conserva la imagen de la Virgen de Luján.
Allí el cartel que dice “Cañada Honda” en madera es emblemático y se mantiene firme entre esa vieja casona y un galpón de chapa y madera con un enorme portón deteriorado. Arriba el escudo nacional resalta recordando: “República Argentina – Ferrocarril Nacional General San Martín“.
A pocos metros, está la sala de máquinas sin puertas y con un enorme cartel que dice “Es estrictamente prohibido pasar por la báscula con velocidad máxima de 5 kilómetros por hora“. En el interior de esta sala, cuya dimensión es de alrededor 4×4, se conservan aparatos pintados de marrón y naranja para combatir el óxido de los años. “Bap Pooley“, resalta grande la marca que pertenecía a Henry Pooley e hijos.
Es que estos aparatos fueron realizados por Henry Pooley, que fue el mayor fabricante de básculas de Europa y fueron traídos de Birminghan, Londres, a la Argentina. Sus datos de procedencia se pueden leer perfectamente junto con el diseño estético que se imprimió, siendo propio de la época.
Pese a que a 50 metros hay casas habitadas, en ese rincón el silencio es protagonista e invade a quienes caminan por ahí para sacarse fotos. Un antiguo baúl de metal se conserva sin su candado y al alcance de la mano para quien quiera abrirlo y ver en su interior. ¿Qué se conserva?, es un viaje en el tiempo que esta narración no lo develará…
Patrimonio Provincial
Beatriz Hernández, desde el área de Patrimonio, explicó que esa estación ubicada en Sarmiento data de 1848 y es una de las mejor conservadas en la provincia. Esta estación es significativa por ser la primera en marcar el nivel del mar, una medida crucial para la construcción de la línea ferroviaria.
“Esa estación tiene los mostradores, la boletería, el depósito, los escudos, tiene en la galería los soportes para colgar los baldes de arena que se usaban para sofocar incendios. En el costado tienen todavía el cartel original que dice Cañada Honda. También tiene la sala de máquinas, la báscula, eso también es invaluable. El depósito lo tenía pero se lo robaron“, explicó Hernández a Diario La Provincia SJ.
La estación de Cañada Honda conserva todas las fechas y el origen que es Inglaterra. La maquinaria, en este caso la báscula, mantiene su operatividad. Todo esto es en parte gracias a su uso continuo para el transporte de carga hasta Albardón. La funcionalidad ha ayudado a preservar su estado, evitando el vandalismo.