Desde las 8 de la mañana a las 8 de la noche, los sanjuaninos demostrarán su fe en San Cayetano en uno de los santuarios tradicionales de Chimbas, ubicado en el barrio Parque Industrial.
Con el templo colmado, las misas destacaron la vida del santo, su dedicación a asistir a los que necesitan y el valor del trabajo que dignifica. No faltaron las estampas del santo, las espigas de trigo y los panes como ofrendas, símbolos del santo, que fueron bendecidos y repartidos.
“La fiesta patronal la sintetizo desde esto que a lo mejor intenté predicar, que es animar en la confianza. Un Dios que nos anima y nos invita a caminar en la confianza, a pesar de las vicisitudes de la vida. Éste es el año también de la esperanza. Fe, confianza, aumentan en nosotros el don de la esperanza. Gente que busca creer y busca aumentar en ellos, vivir con esperanza las circunstancias que están viviendo”, resaltó el sacerdote Martín Reta, a Diario La Provincia SJ.
“Estamos animados a caminar, somos peregrinos, estamos en un año sinodal, el caminar juntos, pero caminar juntos con esperanza. Y cuando nos vemos así, en cantidad, como pueblo, caminando juntos, realmente se genera un espíritu de confianza y esperanza en el pueblo”, reflexionó el sacerdote.
Destacó que, en los momentos de crisis, los sanjuaninos acuden a la fe para sobrellevar la búsqueda de trabajo o encontrar la oportunidad para salir adelante, generando el sustento. “Yo lo que percibo año a año es que la gente a pesar, o sea pide, pero a pesar de las circunstancias viene a agradecer. Creo que es un día de mucha acción de gracias. Si vos, no sé si le han ido preguntando a la gente, pero si le preguntan a la gente, piden por supuesto que obviamente hay que pedir, pero agradece mucho, la gente viene mucho a agradecer”, agregó.
Finalmente el padre destacó que éste no solo es un encuentro de pedido y gratitud sino también de unión familiar. “Creo mucho en la fe de las madres. Y junto a la fe de las madres, la fe de las abuelas. Y tal vez en su momento estas mujeres piden para ellas, pero después vuelvan a pedir para sus hijos, para sus nietos. Constantemente están pidiendo y es justamente un movimiento familiar. Siempre la familia. Pienso y creo, esto que las madres producen en la familia, y las madres traen también a su familia al encuentro con Dios. Vienen a traer mucha gratitud”, finalizó.