Con gran alegría, la comunidad eclesial celebró este fin de semana dos momentos profundamente significativos: la Ordenación Diaconal Permanente de ocho varones pertenecientes a la diócesis, y la Profesión Solemne de una religiosa en el Carmelo de María.
La ceremonia de ordenación diaconal representó un paso importante en la vocación de servicio dentro de la Iglesia. Los nuevos diáconos permanentes asumen un compromiso estable con el anuncio del Evangelio, la asistencia a los más necesitados y el acompañamiento litúrgico y pastoral en sus comunidades.
Ambos hechos reafirman la riqueza vocacional y espiritual de la Iglesia sanjuanina, que celebra con esperanza y gratitud estos nuevos testimonios de fe y entrega.