La noche del 11 de junio de 1952, hace 73 años, quedó grabada en la historia de San Juan como un momento de profunda angustia y destrucción. En esa jornada, la tierra volvió a temblar con fuerza, evocando los recuerdos dolorosos del devastador terremoto ocurrido apenas ocho años antes, en 1944. Sin embargo, esta vez, la magnitud del sismo dejó una marca aún más profunda en la memoria colectiva de la provincia.

El epicentro del movimiento telúrico se ubicó en la conocida “Falla de La Rinconada”, en el departamento de Pocito. El sismo alcanzó una magnitud de 6.8 grados en la escala de Richter, con una profundidad de apenas 12 kilómetros, lo que provocó un impacto devastador en la región. La fuerza del movimiento fue tan intensa que alcanzó el nivel VIII en la escala Mercalli, generando pánico, destrucción y un escenario de caos en varias localidades.

Los departamentos de Pocito, Zonda y Ullum sintieron con crudeza la furia de la tierra. En localidades como El Abanico, Villa Aberastain, La Rinconada en Pocito, Carpintería y Zonda, las calles se llenaron de escombros y hogares colapsados.

El terremoto de La Rinconada causó 2 muertes. Foto: Archivo.

La noche estuvo marcada por escenas de desesperación, donde los habitantes, aún marcados por la tragedia de 1944, enfrentaron nuevamente la destrucción con valentía y temor.

Relatos de la época describen una noche envuelta en un silencio inquietante, interrumpido por bramidos y misteriosas luces que parecían danzar en los cerros de Pocito. Testigos afirmaron haber visto destellos en las alturas y escuchar sonidos aterradores, como si la tierra misma “se abriera y bramara de sufrimiento”, en una escena que parecía sacada de una pesadilla, según crónicas periodísticas de la época.

Para muchas familias, esta segunda catástrofe fue un golpe demasiado familiar. Casas que habían sido reconstruidas con esfuerzo tras el terremoto de 1944 volvieron a desplomarse, dejando a las comunidades en la oscuridad y la desolación. La respuesta rápida del Hospital Rawson atendió a decenas de heridos, mientras que el gobierno nacional, encabezado por Juan Domingo Perón y Eva Duarte, movilizó recursos para asistir a los damnificados. Dos personas murieron bajo los escombros.

A pesar de los esfuerzos por implementar normas antisísmicas en las construcciones, especialmente en las zonas urbanas, en ese momento las áreas rurales seguían siendo vulnerables ante la furia de la naturaleza. La tragedia de 1952 sirvió como un llamado de atención urgente para reforzar las medidas preventivas y mejorar la resistencia de las viviendas.

Vista de los restos del ferrocarril que alguna vez atravesó de la localidad. Foto: Wikipedia.

La noche del 11 de junio de 1952 no solo fue un momento de destrucción física, sino también un recordatorio de que los terremotos aún siguen siendo fenómenos naturales que no pueden predecirse.

Miedo bajo los pies

Los sobrevivientes del terremoto de 1944 quedaron muy afectados ya que eran muchas a esta altura las coincidencias con aquella tragedia. En la oscuridad y tranquilidad de la noche, se desplomaron las casas mayormente de adobe y que habían sido levantadas tras ese terremoto o que, de alguna forma, algunas paredes habían resistido al cruel sismo.

Otra vez el país miraba a San Juan por la tragedia y en la que, nuevamente, las familias acampaban a la intemperie por no tener adónde ir o por miedo a los derrumbes. Con sólo lo puesto, aguardaban que la tierra dejara de reacomodarse con la seguidilla de fuertes réplicas que abarcaron dos días. 

Noticias relacionadas

Doble tragedia en Ruta 40: confirmaron preventiva para el conductor

Doble tragedia en Ruta 40: confirmaron preventiva para el conductor

Viento Zonda y frío intenso: el sube y baja de temperaturas que se viene en San Juan

Viento Zonda y frío intenso: el sube y baja de temperaturas que se viene en San Juan

Feriado de la Fundación de San Juan: ¿cómo funcionarán los servicios?

Feriado de la Fundación de San Juan: ¿cómo funcionarán los servicios?

Viento Zonda: ¿las fuertes ráfagas llegarán al Gran San Juan?

Viento Zonda: ¿las fuertes ráfagas llegarán al Gran San Juan?