Albardón, Santa Lucía, Pocito y Rivadavia. Estos son los departamentos donde actualmente viven cinco pumas bajo la asistencia del ser humano. Lo hacen en fincas donde viven en cautiverio desde muy chicos y por eso dependen 100% del cuidado del hombre.
“Cuando se hizo la ley ya tenían a estos animales viviendo así. Si ahora viene alguien a decir que quiere tener un puma en su finca no lo permitimos, se lo incautamos y lo liberamos”, informó a Diario La Provincia Dardo Recabarren, a cargo del área de protección de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo.
Según explicó, quienes conviven con los pumas “están autorizados a tenerlo pero no significa que sean de ellos”. “Todos son animales provinciales, al darle una tenencia están encargados de cuidarlos… los animales están en fincas. En esto, les exigimos seguridad, y nosotros vamos e inspeccionamos periódicamente”, aseguró.
En este escenario, la Secretaría de Ambiente exige que los pumas estén en jaulas con cierta infraestructura para que no genere peligro para la sociedad. “Están en granjas y no se los pueden liberar porque hace mucho tiempo que están en cautiverios. Al tenerles miedo a la gente, se acercan a los poblados y es problemático”, agregó.
Los pumas que son detectados en las fincas pero no están registrados en la Secretaría de Ambiente, generan una intervención inmediata en la causa de esta cartera de gobierno. Ésta evalúa el estado en el que están para ver la posibilidad de liberarlos. En la Dirección de Ambiente se hace un tratamiento y luego se los pone en libertad. “Son tenedores no poseedores”, aclaró.