Con los ojos llenos de lágrimas, la mirada baja casi de manera permanente y con un dolor que dejaba traslucir al momento de contar las anécdotas. Así se mostró Blas Díaz al recordar a Nicolás Medina, el jugador de Alianza que murió el pasado fin de semana tras volcar en su auto en San Martín.

El chico de 17 años había salido de bailar y, según aseguró Blas, no habían tomado nada de alcohol y lo que realmente los venció fue el cansancio. “Quiero que quede una imagen buena. Todos dicen que veníamos borrachos y es mentira. Veníamos cansados porque habíamos jugado los 40 minutos del partido y habíamos bailado”, contó el joven en Telesol quien destacó que esa noche se habían encontrado con amigos.

 

“¿Por qué se lo llevó?”. Fue la pregunta que él se hizo tras el accidente en el que iban los dos juntos. “Se lo llevó el ‘Barba’, le pregunté a un amigo por qué se lo lleva y me dijo que es porque necesita un central. Por qué se lo lleva a Nico, porque quería un central rústico”, contestó para luego dejar fluir las lágrimas y recordar que él era “un hermano”, más que un amigo. 

Captura Telesol

Blas y Nico iban todos los días a entrenar a Desamparados y en la vuelta tomaban el 6 A o el 7 para ir a su casa. Allí varias veces Nicolás se convirtió en el “peluquero” de Blas. “Él me cortaba el pelo. Este corte es el último que él me hizo”, dijo.

 

Finalmente recordó que el sueño de ambos era jugar en primera división. El sábado jugaron contra Marquesado y fue a verlos un representante de Boca Juniors. “En el camerin estábamos por dar la arenga y rezar y le dije que había venido Santiago Arreta y que pusiera lo mejor de él”, recordó y luego agregó: “los dos queríamos ser jugadores de fútbol, queríamos llegar a Primera en un club grande. Le prometí que lo iba a ser yo por él”.