Siguiendo el mandato del Papa Francisco, la Parroquia Espíritu Santo “hace lio” en la comunidad religiosa, con una simple obra arquitectónica y “sacó la iglesia a la calle”, como pidió en aquel memorable encuentro en Brasil.
En el marco de la celebración del Pentecostés, la institución emprendió una tarea de embellecimiento, que incluyó la apertura un ventanal frente al santísimo, donde los creyentes pueden orar y hacer adoración las 24 horas del día.
“Jesús está en cuerpo, sangre, alma y divinidad” dijo el párroco Miguel González a Diario La Provincia y agregó: “en el templo, que es la casa de reunión de la familia cristiana, hemos tratado de lavar la cara como un gesto de renovarnos”.
Según explicó, esta iniciativa busca que para por el lugar se acerque a cualquier hora. “Mucha gente pasaba por nuestro templo y de pronto muchas veces no estaban las puertas cerradas o el lugar también estaba muy oscuro”, dijo. Esto llevó a querer hacer un cambio, simple pero importante, con más luz y color, “era un trabajo muy sencillo abrir una ventana y que quedara expuesto a la calle y que todo el mundo que pasara pudiera descubrir esa presencia de Jesús”, comentó González.
Esta transformación no solo busca atraer a los feligreses, sino también ofrecer un espacio de recreación para la comunidad: “La imagen de la Virgen hace que de pronto sea un lugar religioso, pero también de esparcimiento para los chicos y también para los grandes”.
La comunidad ha respondido positivamente a estos cambios. “La idea fue mía, tengo muchas ganas de trabajar y de hacer cosas”, mencionó el párroco con modestia. Con la colaboración de la intendenta y la comunidad, se han realizado mejoras significativas, como rampas para discapacitados y un ambiente más accesible. “Ya se puede venir, se puede visitar, ya cumplió el objetivo”, aseguró González.
Además, la seguridad ha sido una prioridad en este proceso. “Una de las cosas que es importante también destacar es que la policía está patrullando todo el día y toda la noche la zona para que también tenga mayor seguridad”, enfatizó. A través de esta renovación, la iglesia busca recuperar su conexión con la comunidad, permitiendo que “cualquier persona de buena voluntad se sienta acogido”. En este contexto, la fiesta patronal de Pentecostés se convierte en una celebración de la renovación y la esperanza.
