En Navidad una familia sanjuanina vive la noche de una manera única y profundamente significativa. Lejos de las largas cenas y los brindis interminables, su tradición se nutre de la emoción, la generosidad y un firme deseo de hacer el bien. Tras una rápida cena y un brindis lleno de esperanza, se alistan para salir a las calles de San Juan con un propósito que transforma el corazón: llevar alegría a los niños y familias que atraviesan momentos difíciles.
La historia de esta tradición comenzó hace varios años, cuando el espíritu navideño se convirtió en un llamado urgente a la solidaridad. Laly Majsun Gómez, con su inquebrantable vocación de ayudar, es una de las encargadas de llevar a cabo este hermoso acto de generosidad. No solo organiza, sino que, con una sonrisa cargada de amor y una mirada brillante de esperanza, se convierte en la mano derecha de Papá Noel, llevando un mensaje de alegría a quienes más lo necesitan.
Este 2024, sin embargo, no fue un año fácil para Laly y su familia. A las pérdidas de su madre y su hermano, la sanjuanina ha tenido que sumar los desafíos emocionales que las festividades a menudo traen consigo. Pero a pesar de este dolor, su espíritu generoso sigue intacto. Con un corazón lleno de amor y fortaleza, Laly decidió seguir adelante con la tradición, aunque este año no podrá realizar la tradicional caravana que solía recorrer las calles. En lugar de eso, decidió concentrar todo su esfuerzo en una misión más íntima pero igualmente significativa: llevar la magia de la Navidad al Hospital de Pocito.
Laly explicó a Diario La Provincia SJ el profundo significado detrás de esta decisión. “Es también una manera de rendirle homenaje a mi mamá, porque fue ella quien siempre nos inculcó la importancia de la solidaridad. Cuando estábamos mal, ella nos enseñaba a mirar a nuestro alrededor, porque seguro encontraríamos a alguien que lo estaba pasando peor que nosotros. Esa enseñanza es lo que me lleva a tomar esta decisión, más allá de lo que nosotros estamos viviendo, ver también que hay gente que la está pasando realmente mal. Queremos poder llevar un poco de alegría en un momento donde las festividades de fin de año se viven como el espacio para estar en familia, para celebrar el nacimiento del Niño Dios. Nosotros, en familia, siempre lo hicimos así“, contó.
Emocionada y con la voz entrecortada, Laly añadió: “El objetivo es concretar esta actividad solidaria en memoria de mi mamá, porque sé que ella hubiera querido que siguiéramos adelante. Siempre nos decía que había que lavarse la cara, ponerse perfume, porque la vida continúa, y siempre hay gente que la está pasando peor. La decisión es ir solo al hospital y no hacer la caravana, porque no estamos con el ánimo de llevar esa alegría que necesitamos recibir también“.
Con 27 años de tradición solidaria a sus espaldas, Laly y su familia están decididos a cumplir con lo que hoy está a su alcance: llevar alegría a los pacientes y al personal del hospital en una noche tan especial. “Nos agarra todo esto de la internación de mi mamá, luego el fallecimiento de mi hermano, y eso nos pone en una situación económica complicada. Entonces, recurrí a Belén Barboza, quien siempre colabora con nosotros. Este año, también se suma Laura Palma, a quien le hicimos llegar nuestra inquietud. Ellas se encargan este año de los regalitos que vamos a entregar tanto a los internados como al personal que esté trabajando esa noche en el hospital. También quiero agradecer a los comerciantes Flavia Barboza y Carlos Sepúlveda, quienes donarán las golosinas que llevaremos”, detalló Laly.
La sanjuanina aseguró que a lo largo de este año vivió experiencias muy conmovedoras que guarda para siempre en su corazón. Este es principalmente el aliento que la inspira a seguir junto a su familia.