En plena peatonal de San Juan, el espíritu navideño se hizo presente gracias a un gesto conmovedor de un hombre de 48 años. Martín Quiroga, un metalúrgico desocupado que hace años se dedica a mantener viva la ilusión de los niños, se vistió de Papá Noel y colocó un enorme buzón para cartas, un cofre y enormes regalos con un objetivo simple: regalar alegría y esperanza a todos, sin importar la situación económica o social.

Ya hace varios años los hago, todos los fines de año vengo y colaboro, esté trabajando o no esté trabajando, yo vengo y lo hago, en particular, porque se mantiene la ilusión para todos los niños, una linda ilusión que se tiene que mantener, no se tiene que cortar por ningún motivo”, comentó Martín a Diario La Provincia SJ.

Martín explicó que su participación en esta causa no es individual, ya que cuenta con el apoyo de su amigo Félix Paz, quien lleva adelante esta movida navideña desde hace 15 años. “Él es el que emprende todo esto, hace todo este movimiento todos los años“, detalló Martín, quien agradeció a su amigo por darle el impulso a hacer esta expresión que ha tocado los corazones de cientos de personas a lo largo del tiempo.

Para Martín, la Navidad tiene un significado especial, sobre todo porque cuando era niño las celebraciones eran muy distintas. “La Navidad cuando era chico eran otros años. Era imposible vivir esto, muy difícil“, recordó el hombre quien confesó que cuando él tenía 12 años empezó a trabajar en el campo.

Yo jugaba con el piolín y el mortero, con la balita o la onda nada más. Y de ahí no sacabas a los niños. Pero eramos felices, aunque también muy sufrida anteriormente la vida. Ahora está muy fácil para toda la gente”, reflexionó.

A pesar de estar desempleado desde hace un mes, tras ser dejado sin trabajo en el Servicio Penitenciario Provincial, Martín sigue adelante con su misión. “Cuando yo llego a mi casa con el traje se los presto a mis hijos, y ellos salen a hacer de Papá Noel en el barrio de ellos. Ya lo han hecho como tres años seguidos, atrás. Han heredado eso”, explicó, revelando que su familia también está comprometida con la tradición de dar sin esperar nada a cambio.

Martín tiene cinco hijos, de 15, 20, 22, 23 y 25 años. Aunque su situación familiar cambió recientemente, ya que se divorció legalmente hace medio año, su compromiso con la Navidad y con la sonrisa de los niños sigue intacto. “Son de ser así, con ese carisma. A darle una sonrisa a cada niño”, aseguró.

A través de estos pequeños pero significativos gestos, Martín Quiroga nos recuerda que la Navidad no solo es un tiempo de regalos materiales, sino también de compartir momentos, sonrisas y esperanza.